Una liebre que se me escapó

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Una liebre que se me escapó

Dicen que al mejor cazador se le va la liebre, y a mí —que no soy el mejor pero me aplico— se me fue esta. Hace unos meses publiqué en el boletín de concursos de Letralia la convocatoria a una antología para autores residentes en Canadá y Estados Unidos. La cosa no me despertó sospecha alguna, provenía de un docente de una respetada universidad canadiense y parecía todo muy bien organizado.

Hoy me escribe una amiga que, atendiendo a la convocatoria publicada por nosotros, envió su material. La carta que recibió ni siquiera estaba personalizada. Simplemente decía que para ser publicada en la antología, debía pagar 200 dólares canadienses y, ah, sí, envíe sus datos biográficos, claro. Y ya saben lo que pienso de este tipo de procedimientos.

No es algo como para simplemente pasar la página, pues es un irrespeto para el escritor el que se le pida dinero para un, digamos, servicio, en cuya convocatoria no se aclara este punto. Bueno, es un irrespeto y ya, avisando o sin avisar, pero al menos si uno está prevenido simplemente no participa y, si quiere, puede hasta recomendar a los amigos que no participen. Qué pena con los suscriptores del boletín.

La liebre completa, aquí, para los curiosos. Y para que estén prevenidos quienes atendieron a la convocatoria.

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10 thoughts on “Una liebre que se me escapó

  1. muy buena la nota, y muy buen aviso para todos los que, como yo, mandamos nuestros trabajos literarios aquí y allá, buscabdo buenas convocatorias, y al final resultan que es un mercado negro para hacerse de plata a costilla del escritor que desea publicar. Me pasó con un concurso de poesía en España, mucho después con uno de Argentina… Y yo envié a ese concurso de la antología, y ahora, otro chasco! Y que sriva de experiencias, porque por ahí siguen rondando más convocatorias sobre antologías y espero no sea un negcio redondo para los editores encargados de recaudar fondos.

    gracias por el aviso a Letralia, en especial a Jorge Gómez.

    Ihosvany

  2. Estos procedimientos son terribles. Una cosa es que te ofrezcan servicios editoriales y de impresión y te cobren, y otra es que primero te metan el cuento de concursos y antologías en los que después se supone que tenés que pagar. En ese caso, ese dizque Centro Poético de españa es paradigmático.

    Justo ayer me llegó una ivitación para este tipo de antologías, de Argentian, Editorial Aries o algo así.

    Y lo peor es que imagino que el dichoso volumen con los “mejores“ ni siquiera aparece. ¿Alguie ha visto algun ejemplar de esos?

    Saludos.

  3. Aprovecho para alertar de otra de esas editoriales que cobran por publicar antologías, autodenominándose: Nueva Antología de Poesía Hispanoamericana, engañando, incluso a destacados escritores. Me refiero a las antologías publicadas bajo esta modalidad por la editorial LORD BYRON EDITORES, dirigida por LEO ZELADA.

  4. ojo con ese CENTRO POETICO, ese fue el primer estafador. tienes que pagar unos 75 euros para recibir el libro. Y yo preguntando en qué librería lo podía adquirir. Su respuesta fue: sólo lo tenemos nosotros… no se venden en ninguna librería de España…

    y mi poema, quizás ande por ahí, en esa antología por la que hay que abonar unos euros si quieres conservar el libro para la posteridad.

    hay por ahí otras convocatarios de antología de poesía. tengo una en mis manos y ahora dudo si enviar el trabajo o no. alguien sabe de una antología de poesía, de Colombia? Espero esta vez ellos no nos tomen el pelo.

  5. Excelente aviso, Jorge. Muchísimas gracias.
    EStoy con vosotras en que existen gentes como Leo Zelada, de Lord Byron Ediciones (¿?) que publican bajo los títulos pomposos de «Nueva Poesía Hispanoicana», que pide 100 euros (eso me pidió a mí y a otra gente que conozco) por hacerlo y presentarlo en un bar de Malasaña…No sé qué distribución tendrá eso. Tampoco me importa. Este señor se presenta como si fuera una especie de tótem poético en Madrid y bueno, que Jorge Guillén o Aleixandre o Escarpas o Ajos sólo hay algunos…Por decir algo.
    ¿no es preferible gastarse el dinero es una sencillas fotocopias y repartirlas por los bares de poetas de Malasaña? Se creen algunos que la policía es tonta…
    Alez, alez, la poesie!!!!

  6. ¿PARA QUÉ LEER?
    Héctor Estrada Parada

    No soy docente, pero tuve la fortuna de crecer con un libro en la mano -“un libro” en sentido figurado-. Toda mi vida he sido un asiduo lector y ahora soy escritor y “Promotor de Lectura”. A diferentes niveles aprecio que hay una deficiencia en la finalidad de la lectura. Lo observo en los niños, en los jóvenes, en los adultos, en los profesionales. He llegado a la convicción de que hay que asumir la lectura como un proceso. Lo aplico en mis libros de cabecera, en los de las diversas áreas del conocimiento, en las revistas científicas, en los trabajos y artículos ubicados en la Internet, en las tesis de pre y posgrado* que a veces ayudo a elaborar y para lo cual investigamos abundantemente.

    Según entiendo, leer es en esencia, comprender un texto escrito y lo que significa. Esto es, captar su sentido y cualidad. Leer es una actividad intelectual, personal -aunque sin duda muy enriquecedora cuando se hace colectiva, en alta voz-, que requiere atención e intención. Exige de nosotros un esfuerzo, pues vigoriza la inteligencia, nutre el vocabulario y enriquece el bagaje de saberes. Hay que sentir la lectura, y citamos a Simón Rodríguez: “Lo que no se siente, no se entiende y lo que no se entiende, no interesa”.

    Siendo un proceso, que culmina en un acto de entender, la lectura productiva suele tener tres momentos constitutivos. Ellos permiten definir la actividad de la lectura como un todo. En una primera etapa se hace un análisis del texto, que es más una resolución que recolección. Se trata de alcanzar las unidades elementales de sentido, las afirmaciones esquemáticas que estructuran el todo. En este análisis, se requiere determinar aquellas afirmaciones que controlan la significación del texto en su conjunto, es decir, las afirmaciones principales o sustantivas –de sustancia-. Ellas nos ayudan, a la vez, a determinar la estructura del texto o rearticularlo. Esto nos lleva a la segunda fase, la de síntesis. Es recomponer el argumento, dicho de otro modo, llegar a ver el conjunto de lo analizado desde la idea central, el tema o la perspectiva que lo unifica. Es en la síntesis donde el oficio del lector se acerca más al del escritor, pues aquí recomponemos el texto. El último de los momentos constitutivos de la lectura es la crítica. Ella implica la apreciación del sentido y cualidad del texto. Con la crítica examinamos la validez de lo que nos es propuesto, sea un escrito de intención teórica, práctica o estética. Sólo cuando nos interrogamos acerca de la verdad de lo afirmado, asumimos del todo la intención del texto y con ello, su sentido. La crítica conduce a apreciar la cualidad del texto, que significa determinar su mayor o menor perfección: su integridad, su armonía, su claridad y en general, su expresividad. Es ver si el texto está bien hecho, luego si nos gusta y por último, dónde reside su atractivo para nosotros. Sentido y cualidad del escrito son su intelección. En esta crítica -sea teológica, filosófica, científica, moral, histórica o literaria- pesa todo el conocimiento y la experiencia que el lector haya podido adquirir.

    Leer, después de este proceso, debe en última instancia sernos útil para varios fines. Teniendo el texto en la mente y la memoria, la lectura exige relacionar aquél con el resto de nuestros conocimientos o con los nuevos temas que van llegando a nuestro saber. Lo escrito y leído hay que poder evocarlo en el momento oportuno. Porque después de todo, ¿para qué leer? Para pensar y meditar en lo leído. Para que esa palabra ponga fin a nuestro silencio, en el trabajo que hace el intelecto al compartir. Para guiarnos a nuestro cultivo y perfección intelectual, al afianzamiento de nuestra calidad humana; a ser parte activa de nuestra cultura. Para disfrutar de lo bueno de la vida que es fundamentalmente: el producto de la creatividad artística en todas sus manifestaciones. Ya lo dijo Goethe: «Todos los días deberíamos preocuparnos por escuchar buena música, por leer hermosos poemas, extasiarnos en lindas pinturas y hablar palabras razonables»

    *Aclaremos: el prefijo post, sólo se usa cuando precede a una vocal, caso contrario pierde la t.-ej. postoperatorio, posmortem-

    papasalitre@yahoo.com
    papasalitre@gmail.com
    papasalitre@hotmail.com

  7. Le tengo terror a las antologías. Es como cobrar interés del capital de ajeno. Te incluyen en una, la venden, y ni siquiera te envían un libro de regalo. Y si por encima te cobran, ya no sé dónde iremos a parar.

  8. Gracias por alertarme de Leo Zelada y su editorial, me contactó para publicar tres de mis poemas y se los di (?) no he entregado el dinero y no lo haré.
    Pueden compartirme cómo puedo publicar con ustedes
    Les escribo desde la Ciudad de México

    Saludos y a cuidarnos en temporada de virus
    Irma Nimbe Salcedo Rock

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