En un punto de nuestra historia las panaderías dejaron de ser criaderos de abejas, moscas y otros bichos, y se hizo moda que, después de cerrar por unos días, fueran reinauguradas como expendios de exquisiteces que van más allá del noble pan y el venerable conlechito. ¡Ahora hasta se almuerza en las panaderías! Aunque a mí, en lo personal, me hace gracia ver el montón de yuppies metiéndose un sandwich con queso, jamón y alfalfa, al doble del precio que comidas más completas (y, por lo demás, más sabrosas) pero que tienen la desgracia de ser servidas en establecimientos de pinta menos cool. Pero bueno, eso es una cuestión de gustos, tema en el que siempre los autores se quedan cortos, ¿no? En la foto, un gato exquisito, una de las más recientes exquisiteces de nuestras panaderías.
El gato exquisito
Categoría: SMS
En ese estante como que ha gato encerrao’…
¡Buenas noches! Cabría preguntarse ¿que había en el estante antes de la llegada del gato? ¿Quienes ocupaban su lugar y con que objetivos en mente? Te cuento un cuento dicen por alli…saludos
Chévere tu blog, Jorge. Lo pondré dentro de mis recomendados. Quisiera poder colaborar más a menudo con Letralia. Confírmame si te llegan mis envíos. Abrazos, Juan