En octubre pasado comenté en Letralia el excelente avance que de su Diccionario panhispánico de dudas había publicado la Real Academia Española. Aunque era apenas eso, un avance, la herramienta era utilísima, pues ofrecía explicaciones claras y exactas sobre un montón de vericuetos idiomáticos cuya estructura generalmente se desconoce. Decía yo entonces:
El diccionario resuelve múltiples cuestiones —acentuación, dicción, sintaxis, uso de mayúsculas y otros rubros— y ofrece notables sorpresas. Por ejemplo, entre los algo más de 130 extranjerismos de uso habitual en el idioma, se ha decidido españolizar los más cotidianos (así, campin, yacusi, pirsin, ranquin, baipás o vedet…) y respetar los que no tienen equivalente, aunque recomienda escribirlos en cursiva (como jazz, blues o ballet).
Recordando aquella vieja salsa (Un pasito para alante, un pasito para atrás…), la RAE quitó del sitio ese avance. La explicación es harto escueta:
Dado que recientemente fue aprobado por todas las Academias de la Lengua Española el texto definitivo de la primera edición del Diccionario panhispánico de dudas, que aparecerá en formato libro en fecha próxima, se ha considerado conveniente retirar el Avance que figuraba, como muestra, en la página electrónica de la RAE. En el plazo más breve posible se incorporará a los recursos de esta página la versión completa de la obra.
Bastante impreciso, ¿no? Todo eso aderezado con expresiones del tipo «en fecha próxima» y «el plazo más breve posible» es tan vago… ¿A quién hay que escribirle para que se apresuren en volverlo a poner?