¿Recuerdan que en febrero les comenté sobre la elevación del nivel cultural en la policía de Nezahualcoyotl? Pues la cosa no se ha detenido: el alcalde local, Luis Sánchez Jiménez, acaba de entregarle a cada uniformado un ejemplar de una compilación de cuentos, obviamente, policiales.
La antología incluye El espía policía, de Howard Fast; El manto del hereje, de Bertold Brecht; El juego del muerto, de Rubem Fonseca, La muerte no tiene permiso, de Edmundo Valadés, y otros.
Por cierto que en febrero se decía en la prensa que a estos policías se les estaría obligando a leer El Quijote y otros libros. La posición ahora parece haberse suavizado, según esta nota:
El director de Seguridad Pública, Jorge Amador Amador, manifestó que ya se hizo una primera evaluación del programa de literatura entre los uniformados, resultando que 28 por ciento del total ya empezó a leer sus libros. (…) El proyecto de literatura Siempre Alerta se dará en talleres y a los policías no se les presionará para que lo sigan, ya que la lectura debe ser voluntaria.
Preguntas capciosas:
- De ese 28 por ciento que ya empezó a leer, ¿alguno terminó?
- ¿Qué tiene que ver la expresión «siempre alerta» con un programa de fomento de la lectura?
- ¿Necesariamente tienen que leer literatura negra?
- (Derivada de la anterior) ¿No pueden hacerles leer poesía? Sería interesante conocer el resultado.
- ¿Qué derecho tenemos nosotros a sentir prejuicios con relación a este programa?
¿no es maravilloso que insten a leer a los policías de un lugar llamado «Nezahualcoyotl», justo el nombre del rey-poeta? Creo que fue el que escribió poemas como «un libro de pinturas es tu corazón». Vistos desde aquí, los nombres indígenas de nuestros pueblos son una belleza, la verdad: Tostós, Timotes, Cuicas, Chichiriviche, Aroa… que por cierto la diferencia con sus homólogos españoles casi es sólo el nombre, porqu en Castilla los pueblos son idénticos a los de Los Andes, ya lo demostró José María Arguedas en su momento: Babilafuente, Gómeznarro, La Alberca, Alba de Tormes…
hace tiempo nos reuniamos en la casa de una amiga que tiene una empleada domestica joven, de unos 24 años. dos de las que asistian a las reuniones y por lo tanto la trataban, son escritoras. una de ellas lanzo un libro y lo llevo a la tertulia de amigas y tambien invito a la empleada a leerla. fue su primer libro despues de la escuela, el primer libro de ficción. lo disfrutó muchisimo y lo leía en horario de trabajo cuando los niños jugaban. despues, cuando la otra escritora editó, ella pidió para leer el libro. mi amiga trató de prestarle otros tomos pero ella le contestó : » me gusta leer libros que escribe gente con conozco » – un argumento matador pero válido. asi que estamos esperando que se cruce con otros escritores para seguir disfrutando de los libros. sobre el programa de los policias creo que si uno se hace lector, valió la pena el esfuerzo. los lectores no se siembran tirando libros por el camino y agregando agua para que los lean. es mucho más complejo.
Así es, JC, quizás el alcalde de allá es un hombre respetuoso de sus raíces poéticas y por ello la iniciativa. Sin embargo no todo es poesía en el mundo de la poesía: en Cagua, que en dialecto meregoto significa «Villa del Caracol», los policías protagonizaron el año pasado un escándalo al darle muerte por error a un estudiante de ingeniería, en plena Plaza Sucre —en Cagua es la principal— y ante los ojos de niños, transeúntes adultos y hasta un tío del chamo. La cosa es todo un cuento, porque el tío, aprovechando el repentino relieve que le dio el triste episodio, decidió lanzarse como candidato a alcalde.
Qué buena historia, Rebecca, parece uno de tus posts.