Es una verdad inobjetable que los tiempos que corren están marcados, entre otras cosas, por un aumento exagerado de la gente irascible y deprimida. Pues bien, los chicos del grupo austríaco Monochrom le atribuyen tales síntomas a «la cocaína de la autoconfianza» y reivindican el valor de experimentar para devolvernos a la vida.
Es así como han ideado una serie de experiencias que incluyen el exhilarador,una recopilación de sardónicas viñetas humorísticas, la novela micrográfica de la cual cada visitante escribe una versión, el Proyecto Mendel, que establece herencias «genéticas» entre logotipos de grandes corporaciones y la más interesante y documentada de todas, la catapulta de celulares.
El artefacto fue presentado en San Francisco a mediados de julio y consiste en una pequeña catapulta plenamente funcional —como puede verse en la foto, en la que, si ponen atención, notarán uno de los celulares en vuelo—, que usa como contrapeso una colección de Wired y que lanza, obviamente, celulares de gente que ahora estará menos deprimida y será menos irascible.
Como tenían que regresar a Austria y no podían llevarse la catapulta, la donaron al Exploratorium, un museo científico de San Francisco que, dicen ellos, los recibió con los brazos abiertos.
Cada loco con su tema. Cuando lo que más escasea es el tiempo, viene bien saber que individuos como nosotros, sólo que mejor «ubicados» por la suerte, tienen tiempo para perpretar «tonterías» como aquella.