Gabriela, mi hija mayor, quien tiene 15 años y está en la recta final de su bachillerato, me dijo hace algunas semanas que sentía temor ante la proximidad de la Prueba de Aptitud Académica, el mecanismo que hace décadas usa la administración educativa venezolana para determinar, obvio, la aptitud del joven al graduarse de bachiller. Así que llevo algún tiempo reforzándole la confianza: ella es una chica inteligente y despierta y de seguro no tendrá problemas con la prueba. Sólo repasar aquellas áreas donde se sepa con fallas, y muerto el pollo.
El caso es que mi mamá, que no pierde una para consentir a sus nietos, le está guardando una serie de fichas que hace poco tiempo empezó a publicar el diario Últimas Noticias. Hoy, revisando estos materiales, encuentro la joya que ven encabezando esta nota. En la promoción de sus fichas publicada ayer domingo, han titulado: «No paces pena», lo cual, por supuesto, hizo que el diario pasara pena y lanzara una fe de erratas en la edición de hoy.
El anuncio muestra un examen de matemática de alguien que definitivamente necesita un curso de nivelación. Lo gracioso es que el hipotético alumno tiene una ortografía perfecta, mientras que su también hipotético profesor —un profesor tiránico que escribe acotaciones como «¿Está loco?» y «Ridículo»— parece carecer de una básica noción sobre la disposición de las tildes. He guardado aquí una copia del anuncio, un poco más grande (45 Kb), para aquellos curiosos que quieran descubrir los seis errores que, además del «paces», encontré.
Todos cuantos nos acerquemos a la escritura, y más si nos relacionamos con la docencia, apreciaremos la importancia de escribir bien.
Los hechos van en otra dirección,los derroteros actuales ofrecen muchas conductas y escrituras espasmódicas; unas veces graciosas, otras con una falta de sentido apabullante.
Este analfabetismo peculiar va en aumento. ¿Tiene vía de retorno? ¿Cuál es su importancia para el entramado social? ¿Es indicador de un cierto desarreglo mental?
Tenemos mucha reflexión y labor por delante si nos queremos oponer a él.
Interesante, fascinante, ¿frustrante?
Saludos muy cordiales.