Homosexuales: la Iglesia los respeta, pero ni piensen que los dejará convertirse en curas.
El Vaticano explica en su documento que las personas homosexuales tienen que ser «acogidas con respeto y delicadez» y que se necesita evitar «cualquier marca de discriminación» contra ellos. Sin embargo, la Iglesia señala que no puede admitir a personas que presentan tendencias gay o una atracción, aunque sólo intelectual, por la «cultura homosexual», es decir que participen en manifestaciones gays, entren en locales de este tipo o compren material de dicha orientación.
Puestos a pensar en estas tesituras no puedo dejar de plantearme:
1. Los sacerdotes de tendencias heterosexuales no parece que ejerzan ningún tipo de extorsión, relaciones, escándalos… Y si los llevan a cabo, ¿Tienen bula?
2. Me tiene intrigado qué método o varios de ellos serán utilizados para detectar a los homosexuales.
3. También se incluirán aquí los bisexuales ??
4. No veo en todo ello más que fuentes de INJUSTICIAS. ¿Cómo pueden pretender esa precisión diagnóstica?
5. Me parece una frivolidad eclesial de gran envergadura. Una vez más se pasa de la reflexión, o incluso de manifestar su doctrina, a meterse en terrenos donde los veo dando auténticos patinazos. ¿Quién es capaz de calibrar todo esto? ¿O sólo van a meterse con los declarados? ¿Qué van a hacer con los infiltrados?
6. Otra cosa es enfrentarse a los abusos, pero en eso todas las tendencias sexuales debieran estar incluídas.
7. Sinceramente, ¿Cuántas veces le ha tocado la manita?
Este asunto no lo puedo ver más que como un auténtico ESPERPENTO. Mi humilde opinión es que ese no es el camino de la Iglesia.
Esta es mi primera impresión a vuela…pluma…tecla.
Rafael, es que una institución caduca no puede funcionar sino con procedimientos caducos. Hay una gran contradicción en el postulado de esta sentencia: si los sacerdotes por definición no pueden tener relaciones sexuales, ¿qué tipo de sacerdote es el que se declara homosexual? ¿Cómo se justifica el terror ante el sexo cuando toda la Biblia está plagada de sexualidad?
Yendo más allá de las tendencias sexuales, ¿no cabría también excluir a los envidiosos, a los iracundos, a los golosos y a otros pecadores capitales?