Ya que Stephen King odia los celulares, que considera herramientas de esclavitud, ha decidido demonizarlos en Cell, novela en la que la gente se vuelve «salvaje, violenta, irracional», tras recibir cierta llamada en el aparatico de marras.
La historia tiene una premisa similar a Telefon, aquella película protagonizada por Charles Bronson en la que, también, la gente se vuelve salvaje, violenta e irracional tras oír cierta frase a través del teléfono. Claro que en aquella época no había celulares. Algunos recibían el código maligno por medio de esos anticuados teléfonos públicos, ¡de los que usaban monedas!
Me llama la atención la forma como se está promocionando el libro, usando una maquinaria parecida a la que ya estamos acostumbrados a ver cuando se estrena una superproducción cinematográfica: fecha de «estreno», club VIP para los fanáticos rabiosos, fondos para la pantalla de la computadora y, por supuesto, ringtones. Y una cosa más: en mi editorial de ayer en Letralia 137 escribí sobre literatura en el celular; Cell será el primer libro cuya publicidad se hará a través del celular.
Uf, por fin. Hola Letralia. Yo sólo quería hacer partícipe a tus lectores de cómo anda el «primer mundo», qué asco de designación, ahora veréis.
Hace unos días, unos niñatos miserables quemaron viva a una indigente en un cajero automático. Los pillaron. En sus móviles -para ustedes celulares- encontraron un material lamentable; los muy perros se dedicaban a apalizar indigentes mientras uno de ellos se dedicaba a gravar las imágenes en su puto móvil -o celular-.
Días más tarde, saltó la notícia que otros niñatos se dedicaban a pasear con su puto carro por las calles de Barcelona (Catalunya, Es-Pain) hasta avistar a qualquier ciudadano que ellos considerasen una buena víctima propiciatoria. Se bajaban del carro y al grito de 2sonríe, Willy» le propinaban su «más que merecida paliza». Cómo no, lo gravaban también con su puto movil.
lo peor de todo eran sus risas naranja-mecanicas.
El mundo es una mierda.
saludos indignados
Aqui (Miami) pasó lo mismo la semana pasada: los muchachos atacaron a tres indigentes, matando a uno a batazos. Uno de ellos además los «hería» con una pistola de pintura. Están todos presos, acusados de homicidio y asalto grave. No se grababan, los grabó una cámara de video de seguridad que ayudó a identificarlos. Como dice Newman en ‘Seinfeld’, !Ah the humanity!