Con ojeras y exámenes terribles, pero también con entusiasmo, Marianne Díaz Hernández me envió en estos días el número cero de Ficcionaria, una ambiciosa revista que circulará cada dos meses por correo electrónico. Las ediciones se entregan en el correo de los interesados en la forma de un archivo PDF, y no es porque Marianne sea de la casa pero el número de abreboca le ha quedado a la vez sobrio y atractivo, todo un logro en un rubro —el diseño— en el que por lo general lo sobrio raya en lo aburrido y lo atractivo en lo chillón.
Las firmas incluidas en esta edición son Ivana Croxcatto, María Iholanda Rondón, Jorge Carrasco, David Hidalgo, Sara Vánegas Coveña, María Eugenia Caseiro, la transcripción inédita de un discurso de Ángeles Mastretta, una reseña de Ramón Alfredo Blanco sobre Nélida Piñón, Ermanno Fiorucci, Gonzalo Villamizar, Ángel Balzarino, Julio César Parissi, Mariela Cordero y Yolanda Arroyo Pizarro.
La revista está abierta a colaboraciones espontáneas —las indicaciones en su última página— y para recibir las ediciones basta con pedírselas a Marianne.