En la más reciente edición de El Hablador el agente literario argentino Guillermo Schavelzon es entrevistado por Jaime Arturo Vargas Luna, quien le dedica una batería de muy acertadas preguntas sobre el trabajo de una agencia y sobre el estado del medio editorial en general.
Les dejo la primera parte de la entrevista, donde Schavelzon habla de las claves para el éxito de un agente, entre otras cosas:
En una entrevista reciente comentaste que un agente literario “tiene como misión conseguir el mayor número de lectores posible en todos los idiomas y en todo el mundo para los escritores que representa”. ¿Cuáles son las claves para conseguirlo?
Las claves son: primero, tener un buen libro —sin importar el género al que pertenezca (sea novela o no ficción)—, luego conseguir para esa obra y ese autor la mejor editorial posible. Tanto en su idioma como en los demás. Finalmente, creo que es necesario desarrollar otros soportes y canales comerciales para lograr la difusión de ese contenido, más allá del tradicional (y principal hasta ahora) que son las librerías.
¿Qué es lo más difícil al abrir una agencia literaria?
Mantenerla abierta diez años después.
¿Es posible aspirar a esta “longevidad”, dado el crecimiento de la autoedición y las publicaciones online? ¿Cambiará el rol del agente literario en la edición impresa a futuro?
Sí. Una agencia literaria de hoy ya es muy diferente a la de hace diez años. Pero lo que más ha cambiado y sigue cambiando no viene del mundo virtual, sino de la sofisticación de los canales comerciales del libro en papel.
Dices que internacionalizar la obra de un autor suele tardar entre tres y cinco años (cuando se puede realizar). ¿Cómo se realiza este proceso?
Presentando la obra de la manera adecuada a los editores indicados. Cuanto más clara y directa sea la elección que el agente realiza, mejores serán los resultados. Para eso hay que conocer los mercados, las editoriales, los catálogos y los editores. Producir mucha información (obviamente no en español) y participar de manera muy activa en las reuniones internacionales de encuentro entre editores y agentes (Frankfurt, Londres, Torino, París) y los eventos donde los agentes presentamos obras a productores de cine y televisión (por ejemplo, los festivales de Berlín, Cannes, el MIDA de Barcelona y alguno más).
Y ya que estamos, pueden revisar toda la edición de El Hablador, que está, como siempre, de lujo.
Lo que dice Guillermo, es una verdad de perogrullo, está claro que tener un buen libro es lo más importante, todo escritor no se largaría a buscar un editor o un agente si considerará que no tiene un buen libro, entonces ¿qué o quién dice que algo es un buen libro? ¿el mercado, el manipulado mercado? Cuando uno va a un puticlub, el éxito de una prostituta es directo, no hay por así decirlo manipulación de marketing, allí esta la piel, la simpatía y por cierto imponderables inmamentes a la prostituta, lo mismo con el boxeo, pero en el mercado editorial es un mercado enrarecido, un seudomercado, donde el monopolio lo ejercen los dueños de los medios de producción que ademas se reproducen a ellos mismos mediante amigos, parientes y enchufados, que por cierto tienen talento. El mercado del libro es un mercado en extinción, un dinosaurio en un mundo que busca otras formas de diversión mas cinéticas. Solo puedo decir que la biblia de Schavelzon para escribir suena muy a retorica evangelista o de toda esa tropelia de pensamiento positivo.