En menudo lío se ha metido la doctora Angelika Reich, directora de la Biblioteca de la Universidad Católica de Eichstatt-Ingolstadt, quien fue acusada ayer por el fiscal de Ingolstadt, Helmut Walter, de desechar catorce libros de los fondos de la Bibliothek, según reporta EFE en esta escueta nota.
Si bien podría decirse que catorce libros es una zoquetada, entre junio de 2005 y octubre de 2006 la biblioteca destruyó “por error” unas ochenta toneladas de libros, supuestamente tras confundirlos con material sólo útil para ser reciclado. Por si fuera poco, entre todo ese librerío se fueron cerca de 100.000 de los 350.000 que conformaban la “Biblioteca Capuchina” que esta orden religiosa donó en 1999, algunos de los cuales databan de los siglos XVII y XVIII. Y por si siguiera siendo poco, algunos de los libros habrían estado vendiéndose en librerías alemanas.
Gottfried von der Heydte, rector de la universidad, no ha visto mejor manera de capear el temporal que defendiendo a la directora, sobre quien afirma se levanta apenas una sospecha. Lo cierto es que este caso viene siendo ventilado desde principios del año pasado, y si lo de llamar competente al fiscal Walter no es alguna suerte de fórmula alemana, Angelika está en serios problemas.