Proyecto Hombre es una ONG española dedicada a la prevención del consumo de drogas, la rehabilitación y la reinserción del drogodependiente en la sociedad. Por estos días la creación de un centro de rehabilitación en el barrio de Balcón de San Fernando, en la población granadina de Motril, ha puesto en guardia a la comunidad, que como dice Francisco Mora, vicepresidente de la asociación de vecinos, prefieren a la ONG bien lejos:
Me parece fabuloso lo que hace Proyecto Hombre, yo mismo soy socio colaborador y doy dinero y ropa y lo que haga falta, pero el barrio prefiere no tenerlo cerca y esto es así. Este es un barrio de periferia, con muchos niños pequeños, con padres muy sensibilizados con los secuestros y tenemos miedo.
Pero la situación se ha vuelto realmente difícil a partir de la iniciativa del constructor Adolfo Soria —llamada chantaje por quienes conocen y defienden el trabajo de Proyecto Hombre—, que ha ofrecido construir gratuitamente una biblioteca, u otro proyecto escogido por la comunidad, además de invertir 50.000 euros en otras obras, con la condición de que se impida la creación del centro. Con 15 millones de euros invertidos en la construcción de nuevas viviendas, el promotor ha visto con horror cómo, a raíz de la anunciada llegada de Proyecto Hombre, los futuros habitantes han empezado a pedir la rescisión de sus contratos.
Yo en el centro ni entro ni salgo, pero los que compran no lo quieren y yo soy un empresario, dime tú qué hago yo con lo invertido. Si es que «centro de rehabilitación de toxicómanos», nada más que el nombre echa para atrás.
Constructor, vecinos y ayuntamiento local en contra podrían poner en peligro el proyecto arquitectónico que ya ha preparado Proyecto Hombre, que ya está listo para arrancar y reunirá, en los 600 metros cuadrados de la parcela que ahora podrían negarle, servicios de rehabilitación y atención.
Conozco de cerca el funcionamiento de Proyecto Hombre. La preparación de sus gestores y colaboradores es muy concienzuda. Su funcionamiento, es ejemplar, con unos resultados muy satisfactorios. Una de sus directrices consiste en ensamblar los cuidados técnicos con el apoyo familiar, enfocados a la rehabilitación de los drogadictos.
En Vitoria regentan un centro importante, ubicado en un lugar relativamente céntrico, próximo al Museo Artium y a la Catedral de Santa María (Mencionada en la reciente novela de Ken Follet, con estatua del escritor incluida en las cercanías). A su alrededor hay también un parque muy transitado. Con todo no se refieren problemas. Es una labor discreta. No es un centro de administración de drogas o algo parecido.
Con respecto a la elección de una nueva ubicación en cualquier ciudad, me parece:
– Fuera de lugar la imposición dura. Se impone un necesario debate ciudadano y democrático antes de tomar la decisión.
– Impresentable el desplante o chantaje del constructor. No me lo imagino ni con una mínima mirada altruista o cultural. Podemos ir observando el porcentaje de sus ganancias.
– En cuanto a las respuestas ciudadanas, dependen notoriamente de la correcta información que se les haga llegar.
– Quizá sea más de temer, ese “nada más que el nombre” de gran constructor con sus ganancias desorbitadas a costa de “sangrar” a gente jóven en busca de sus primeras viviendas.
Motril verá reflejada la opinión de sus ciudadanos. Yo me limito a expresar mi reflexión sobre este asunto.
Desde estas estupendas y ya entrañables páginas, saludos cordiales a todos.
Rafael Pérez Ortolá
También conozco muy bien el funcionamiento de Proyecto Hombre.Creo que la alarma de los vecinos es injustificada y que se solucionaria simplemente con más información, que se acerquen a un centro y comprueben su funcionamiento, entonces se darán cuenta que todo allí transcurre con la mayor normalidad. Siguen un programa de reeducación ayudados por terapeutas y con el seguimiento contínuo de sus familiares. En Las Palmas existen al menos dos centros que si no fuera por el letrero de la puerta nadie se enteraría de que allí se realiza esa actividad.