El editor español Jorge Herralde habló ayer sobre libros electrónicos en la Feria de Guadalajara. Derrochando miopía, usó el viejo truco de citar cifras de «un informe», como cuentan en esta nota:
Quizás el libro electrónico pueda ser útil en otros ámbitos, «pero no me imagino a mí mismo leyendo a Paul Auster así; me parecería algo más bien estúpido. Pero el e-book es un fenómeno que está aquí, quizá muy magnificado por los medios de comunicación porque es una especie de caramelo mediático, y es inevitable que se pregunte sobre el libro electrónico cuando en la realidad mercantil su presencia es escasísima: en un informe de Estados Unidos sobre ventas del libro electrónico era sólo 0,6 por ciento del volumen total del mercado editorial», manifestó Herralde.
Es la actitud que uno ve comúnmente en quienes se oponen al libro digital: pensar que este momento es eterno, que el tiempo se ha detenido y nosotros con él. Es Auguste y Louis Lumière hablando con desdén de su invento, que presuponen caramelo mediático y lo presentan con esta frase: «El cine es una invención sin ningún futuro». Es Zanuck augurando un negro futuro para la televisión porque «la gente se cansará rápido de pasar todas las noches mirando una caja de madera». Es Bill Gates asegurando categóricamente que 640 kilobytes bastarán como RAM de toda computadora. Pero choca un poco, sí, verlo en Herralde, un editor al que mal podría calificarse de miope. Sin embargo, la nota agrega un poco más adelante:
Anagrama trabaja con un grupo de editoriales en la creación de una plataforma del libro electrónico que pondrá a la venta los primeros títulos de sus catálogos en los meses iniciales de 2010, como una alternativa frente al proceso de digitalización de Google.
O sea, Herralde dice que el libro electrónico es un caramelo mediático y que su presencia mercantil es «escasísima», pero igual se va a montar en el autobús y va a venderlos. ¿Qué tal si, como promoción de esos primeros títulos que Anagrama pondrá a la venta en formato digital en unos meses, se elabora una página con esa frase de Herralde? «Adquiera aquí su caramelo mediático, lea a Paul Auster en libro electrónico y véase más bien estúpido». Sería interesante. Casi como verme a mí vendiendo productos dietéticos.
Qué irónico, todo un patriarca editorial oponiéndose a la tecnología digital. Se contradice el tío, eh; esto da cuenta de su -muy en el fondo- reconocimiento de que de todas maneras, el e-Book, no sólo no llegará a las masas, sino que será una alternativa a la piaratería. A propós de e-Book, anoche colgué mi último libro, GRAVITACIÓN DEL AMOR I, el primer tomo de seis, que hasta ahora despuntan los 500 folios.
http://elaguiladezaratustra.blogspot.com/2009/05/jack-farfan-cedron-e-books.html
Muy punzante… hasta en la frase final 🙂
Bueno, yo no es que quiera defenderlo, pero creo que va a llevar al menos una generación aceptar completamente los e-books. Cuando salieron los primeros libros impresos, estoy segura de que más de uno se habrá quejado de que le faltaba la «magia» de los manuscritos.
Quiero desearte a ti, y a tus seres queridos, lo mejor en estas fiestas decembrinas y en el 2010. Mucha salud y amor.
Un gran abrazo.
Muy acertada -como de costumbre- tu posición. Este personaje debe recordarte mucho tus inicios como editor de Letralia. Muchas personas deben venir a tu mente, es especial, aquellas que dudaron hasta el último minuto de una página como la tuya.Muchos que de seguro ahora emplean tu espacio para promocionarse porque reconocen que tu idea era visionaria.
Querido Jorge, quería contarte que he decidido destacar este blog como uno de los que más me gustó leer durante 2009. ¡Felices fiestas! Un abrazo desde Blog de Libros.
Cuestan los cambios, pero se harán. El libro electrónico necesita el catálogo de las editoriales para poder ser un buen invento. ¿Necesitan las editoriales al libro electrónico? Más temprano que tarde, sí.
Este buen señor es el del famoso premio sup0ngo.
Un gusto leerte. En lo personal prefiero el libro impreso. Saludos.
Creo que no se contradice: le resta importancia al bombo mediático que se le ha dado como si el año que viene todos fueramos a llevar libros electrónicos bajo el brazo.
Entiendo que él se refiere a que esta substitución no va a ser tan rápida como se nos quiere hacer creer. Y tiene bastante razón, todavía le queda mucha vida al libro en papel.
No hay que parar el progreso y el libro electrónico será la revolución, como lo fue la imprenta Gutenberg.
Nosotros como editorial independiente, estamos preparándonos para esta revolución digital, y mientras se siga leyendo, todos estaremos contentos con los nuevos avances.
Un saludo.
¿No habrá nuevas entradas? Ya me preocupa… Saludos…
Claro que habrá, Jairo. Salgo de un enredo y retomo esto.