El Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos ya no dará al ganador 260.000 bolívares, como indicaban sus bases, sino 430.000. El aumento corresponde a la homologación del monto del premio con el precio actual del dólar, establecido en diciembre, meses después de la publicación de esas bases, en virtud del (infame) control de cambios que existe en Venezuela. En la última devaluación, el dólar pasó a costar de 2,60 a 4,30, lo que explica el aumento de la dotación económica del premio.
De las 184 obras que participan, 25 son de venezolanos. Sin embargo, no es la venezolana la delegación más concurrida, sino Argentina, con 36 novelas, seguida por la de España, con 30. Hay varios amigos en la lista: Norberto José Olivar, con Cadáver exquisito (Alfaguara); Carlos Noguera, con Crónica de los tiempos celestes; Gustavo Valle, con su doblemente premiada (en 2008 y en 2010) Bajo tierra; Mariana Libertad Suárez, con Deambulando hacia la lumbre, y Julián Márquez con La rotación del zodíaco, entre otros.
Destaca la presencia de una novela publicada por Bubok: Luna de enero en abril, del argentino Rodolfo Arana. Destaca porque es una buena noticia para quienes saben que tienen una joyita entre manos y quieren ponerla a rodar en ese páramo azaroso que son los premios literarios. Técnicamente, Bubok es una editorial, y para participar en un premio como el Gallegos basta con seguir el proceso de publicación del servicio y agenciarse vía correo los ejemplares impresos que requieren las bases. Mucho más económico y rápido que esperar a que una editorial nos publique, aunque por supuesto no debe olvidarse que a estos premios concurren puros cuartos bates. Claro, en Argentina la cosa está un poco más fácil que aquí, pues allá tienen una oficina local de Bubok.