El Teatro Municipal Rafael Alberti de Huércal-Overa, en Andalucía, ha dejado de ostentar el nombre de uno de los máximos poetas de España porque a su alcalde, Domingo Fernández, se le ha ocurrido que ese nombre «no vende», esto incluso a pesar de que hace cinco años fuera escogido tras un sondeo entre los habitantes de la localidad.
Ha sido Antonio Lázaro, el concejal local de Cultura, quien ha rematado la cosa:
Esta decisión se debe a que el poeta no vende bien la ciudad porque no tiene ninguna vinculación histórica con el municipio, por lo que no hay razón para que el mayor espacio escénico de la localidad esté dedicado a esta persona (…). No es una cuestión de ideología, sino el compromiso del equipo de gobierno de hacer las cosas bien hechas.
¡Aplausos! Así, el gobierno que defiende el compromiso de hacer las cosas bien hechas ya procedió a quitar de la fachada del teatro las letras que hacen el nombre del autor de Marinero en tierra —la foto de arriba es, por supuesto, de antes de esta infausta decisión— y quien fuera, minucias, uno de los mayores poetas de la Generación del 27.