Que el ostracismo de Salinger no se acaba con su muerte es algo que queda claro al leer esta entrevista a Kenneth Slawenski, quien publicó en enero el libro J. D. Salinger: A Life, ahora publicado en español y titulado J. D. Salinger: una vida oculta. Cuenta el biógrafo que el autor de El guardián entre el centeno había comprometido a amigos y parientes en un estricto voto de silencio, y aunque se tiene la certeza de que Salinger continuó escribiendo por más de cuatro décadas, la posibilidad de que algún día leamos esos textos pertenece por ahora al terreno de las conjeturas.
La entrevista da algunas pistas sobre lo que hay en el libro y que en ningún caso tiene que ver con chismografía de ocasión. Slawenski se valió de documentos, cartas, testimonios y, en fin, todo cuanto había a la mano para dar alguna luz sobre el personaje, poniendo especial cuidado en identificar los puentes entre la vida del gran ermitaño que fue Salinger y su obra pero manteniendo ciertos límites alrededor de su privacidad, tomando como guía para esos límites el estudio de las querellas legales que el escritor inició contra quienes escribieron sobre él. Dice el biógrafo:
Muy pronto comprendí que la obra de Salinger es inseparable de su vida. Él fue un autor, después de todo, que básicamente se hizo humo dentro de su obra. Me pareció muy sensato, en consecuencia, vincular los hechos salientes de su vida con las historias que él escribía en simultáneo, de modo que fuese posible seguir la evolución de su oficio a la vez que él iba transformándose como persona. Algunos me han echado en cara el método. Arguyen que examinar la obra va contra las «reglas básicas» de una biografía literaria. Ignoro quiénes fijan esas reglas ni cómo las fijan, pero sé que no entienden nada acerca de J. D. Salinger. La literatura fue, para él, mucho más que una mera ocupación. Fue su plegaria, su terapia, su método consciente de autoexploración. Y, por sobre todas las cosas, su modo de comunicarse con el mundo. Hasta usó la literatura para apartarse del mundo. Si no prestamos atención a lo que Salinger decía mientras aún estaba en plena actividad, jamás podremos entender el mensaje que libró después por medio del silencio.
La Nación publica este extracto en el que se narra, entre otras cosas, el breve encuentro entre Salinger y Hemingway durante la liberación de París en la segunda guerra mundial.
Slawenski dirige desde 2004 el sitio Dead Caulfields, un tributo a la vida y obra del escritor. Después de siete años investigando y escribiendo, en enero de 2010 entregó a su editor el manuscrito de la biografía, y una semana después Salinger moría en su retiro de Cornish.