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La recurrente despedida del Gabo

Publicada el viernes 25 de noviembre de 2005 por Jorge Gómez Jiménez
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La recurrente despedida del Gabo

No sé ustedes, pero a mí me parece que un medio respetado como Venezuela Analítica no debería dar crédito de buenas a primeras a cualquier tontería que les llegue por correo electrónico. En su actualización de hoy, el sitio de Emilio Figueredo y compañía anuncia en su sección de arte y cultura, como se ve arriba, la despedida de Gabriel García Márquez. Y uno podría ser incauto —eso tampoco es un pecado—, pero cualquiera que haya leído dos o tres páginas del Gabo se daría cuenta de que la famosa despedida es un embuste de cuarenta leguas, de la misma calaña del gigantesco desafuero que atribuye el poema «Instantes» a Jorge Luis Borges —el tema le ha propinado unos cuantos dolores de cabeza a María Kodama—, y que en su momento fuera tema de un documentadísimo estudio por parte de Iván Almeida. Incluyo a Borges en esta nota con la tenue esperanza de que esto sea leído por los analíticos, no sea que en su próxima actualización anuncien «Instantes» como un hallazgo literario.

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Categoría: Apocrifalia

9 comentarios en «La recurrente despedida del Gabo»

  1. Javier Munguía dice:
    viernes 25 de noviembre de 2005 a las 11:17 am

    Para colmo, esa risible despedida tiene años circulando por internet; es obra de un ventrílocuo mexicano que tuvo incluso una entrevista con García Márquez a raíz de la atribución. Apenas se recupero de cáncer, hace unos años, Gabo declaró que temía morirse la de vergüenza de que creyeran que algo tan malo era suyo; ya en serio, dijo que le sorprendía que sus lectores creyeran que él había escrito eso. El ventrículo se defendió diciendo que él no tendría estudios como García Márquez -cuando el colombiano nunca estudió literatura en la academia-… no sé qué otras tonterías. Apuntó también que le gustaba Cien años de soledad pero no El amor en los tiempos del cólera, o a la inversa, como si eso fuera relevante para el caso.

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  2. Martha Beatriz dice:
    viernes 25 de noviembre de 2005 a las 11:36 am

    No me ví arrastrada por la alharaca sobre las putas tristes, pero si Gabo llega a escribir una cosa como esta si pierde una lectora para siempre. Que triste que medio importante esté tan mal informado…

    Responder
  3. aldan dice:
    viernes 25 de noviembre de 2005 a las 6:00 pm

    ¡Gracias Jorge!
    Te luces con estas «notas marginales», invariablemente disfrutables.
    A mí lo que me provoca más de este comentario es la «necesidad» de algunos de un Borges «arrepentido» o un García Márquez «lacrimoso», ¿por qué, para qué?… Mmm, dan ganas de escribir algo más sobre eso. Lo intentaré.
    Saludos

    Responder
  4. Iria dice:
    sábado 26 de noviembre de 2005 a las 1:17 am

    Da pena ajena. La diferencia de estilo entre los textos de GGM y La marioneta debería ser suficiente.

    Pero, para los malos lectores debería haber bastado con el comunicado de desmentido de GGM, hace más de dos años atrás.

    Pero me alegra el error de Venezuela Analítica porque me ha hecho recordar un texto delicioso que procederé a leer de inmediato.

    Responder
  5. El Tecnorrante dice:
    sábado 26 de noviembre de 2005 a las 8:52 am

    Es muy extraño el error de V.N., pues ese texto, como comentan, anda circulando por internet hace años ya, y ha sido desmentido varias veces, por el mismo García Márquez incluso.

    Los destellos de mediocridad (pocos, muy pocos afortunadamente) de los ilustrados nos sirven para recordar que todos somos humanos.

    Responder
  6. Kira dice:
    domingo 27 de noviembre de 2005 a las 3:48 am

    A mí el que me impresionó fue el Instantes de Borges, porque era tan poco Borges en lo que decía… lo de ser menos higiénico cuando su prosa es impoluta. Me parecía una aberración y sin saber que era falso pensé que era un testamento de arrepentimiento estúpido para alguien que siempre fue irredento en sus posturas y completamente certero en su ejercicio literario… Fue un alivio saber de su falsedad.

    Responder
  7. Jorge Gómez Jiménez dice:
    domingo 27 de noviembre de 2005 a las 8:25 am

    Javier, la despedida, en efecto, como dices, fue escrita por un titiritero para su show (puedes leer mi investigación al respecto en los enlaces que incluí). En ese caso no critico el texto, me parece que está en el contexto correcto e inclusive goza de un nivel intelectual superior al esperado en estos shows. Ahora, es divertido imaginar a un ventrículo defendiéndose de algo.

    MB, justamente hacia allá apunta mi nota. En el reciente taller de blogs le recomendaba a mis alumnos: cuando quieran compartir una noticia con sus lectores, verifíquenla antes en medios que gocen del respeto general.

    Cuando ocurren cosas como esta, sin embargo, la respetabilidad de un medio se viene abajo. Pero esto no es lo peor, cada quien se forja su respetabilidad como mejor puede. Lo peor es que este medio será visitado por miles de personas en el futuro y quizás muy pocas tendrán acceso a la información verdadera en este tema. Inclusive los defensores de la falsa autoría podrían usar el medio como una «prueba» de su autenticidad.

    Yo recomendaría a los analíticos que, más allá de cualquier otra consideración, sustituyeran la famosa despedida por un material en el que se explique que tal despedida es un embuste kilométrico.

    Edilberto, muchas gracias por la calificación que le das a mis notas. Estoy de acuerdo contigo, la gente siente un gusto particularmente morboso por presenciar el sufrimiento ajeno, y si éste viene acompañado de un lamento cursilón, mejor. Lo más gracioso es que en los foros literarios muy concurridos, si se te ocurre decir que «Instantes» no es de Borges o que «La marioneta» no es de García Márquez, te echan a los leones.

    ¿Cuál texto, Iria? No me quedó claro.

    Tecno, así es, pero insisto en lo de más arriba: Venezuela Analítica «autentica», por decirlo de alguna manera, la autoría apócrifa de la despedida. En el caso de Borges, María Kodama obtuvo una sentencia judicial gracias a la cual está en el derecho de demandar (y de hecho así ha ocurrido) a cualquier medio de comunicación que diga que «Instantes» es de Borges. ¿Tendrá García Márquez que llegar a estos extremos?

    Kira, yo leí el «Instantes» siendo un chivato de 17 años, nada menos que en el «Papel Literario» de El Nacional. Lo peor es que no había leído aún gran cosa de Borges y por supuesto me lo creí. Por fortuna pronto llegó a mí la noticia de la falsedad del texto.

    Responder
  8. Javier Munguía dice:
    sábado 3 de diciembre de 2005 a las 10:20 am

    Jajaja… Me ha hecho mucha gracia mi propia errata. Saludos, Jorge.

    Responder
  9. ernesto dice:
    domingo 19 de febrero de 2006 a las 5:43 pm

    leí la «despedida» sin saber de antemano que era apócrifa, e inmediatamente me di cuenta que no podía ser del gabo. no estoy presumiendo de inteligente, pero creo que es una tomadura de pelo demasiado burda como para no darse cuenta. también me di cuenta, por los comentarios a otro post, que muchos se tragaron el anzuelo con todo y cable y caña de pescar, que oso.

    Responder

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Mi nombre es Jorge Gómez Jiménez. Soy escritor y edito desde 1996 la revista literaria Letralia, Tierra de Letras.

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