Ha sido grato ver en esta nota que el actor chileno Julio Jung sigue desarrollando su vasta trayectoria y que una de sus presentaciones recientes —el sábado pasado— consistió en un recital de poemas de Roberto Bolaño que ofreció en el restaurante Off the Record, de Santiago.
En Chile generalmente a los escritores los reconocen tardíamente. Y así como Bolaño ahora empieza a ser una especie de culto o de icono en este país en cuanto a su prosa, nadie se acuerda que él es sobre todo un poeta, y un muy buen poeta.
Jung, quien repetirá su presentación en fecha aún no anunciada, trabajó muchos años en Venezuela, haciendo comedia y como uno de los mejores actores de reparto en las telenovelas de antaño. También, como descubrí hace un rato siendo un poquito curioso, ha hecho unas cuantas películas y fue agregado cultural de Chile en España desde 2001 hasta el año pasado.
Julio Jung es el mismisimo Rumildo de otros tiempos.
Salud
Falconiano, acabas de delatar tu edad. 🙂
El Bolaño poeta está por descubrir, sí:
MUSA
Era más hermosa que el sol
y yo aún no tenía 16 años.
24 han pasado
y sigue a mi lado.
A veces la veo caminar
sobre las montañas: es el ángel guardián
de nuestras plegarias.
Es el sueño que regresa
con la promesa y el silbido.
El silbido que nos llama
y que nos pierde.
En sus ojos veo los rostros
de todos mis amores perdidos.
Ah, Musa, protégeme,
le digo, en los días terribles
de la aventura incesante.
Nunca te separes de mí.
Cuida mis pasos y los pasos
de mi hijo Lautaro.
Déjame sentir la punta de tus dedos
otra vez sobre mi espalda,
empujándome, cuando todo esté oscuro,
cuando todo esté perdido.
Déjame oír nuevamente el silbido.
Soy tu fiel amante
aunque a veces el sueño
me separe de ti.
También tú eres la reina de los sueños.
Mi amistad la tienes cada día
y algún día
tu amistad me recogerá
del erial del olvido.
Pues aunque tú vengas
cuando yo vaya
en el fondo somos amigos
inseparables.
Musa, a donde quiera
que yo vaya
tú vas.
Te vi en los hospitales
y en la fila
de los presos políticos.
Te vi en los ojos terribles
de Edna Lieberman
y en los callejones
de los pistoleros.
¡Y siempre me protegiste!
En la derrota y en la rayadura.
En las relaciones enfermizas
y en la crueldad,
siempre estuviste conmigo.
Y aunque pasen los años
y el Roberto Bolaño de la Alameda
y la Librería de Cristal
se transforme,
se paralice,
se haga más tonto y más viejo
tú permanecerás igual de hermosa.
Más que el sol
y que las estrellas.
Musa, a donde quiera
que tú vayas
yo voy.
Sigo tu estela radiante
a través de la larga noche.
Sin importarme los años
o la enfermedad.
Sin importarme el dolor
o el esfuerzo que he de hacer
para seguirte.
Porque contigo puedo atravesar
los grandes espacios desolados
y siempre encontraré la puerta
que me devuelva
a la Quimera,
porque tú estás conmigo,
Musa,
más hermosa que el sol
y más hermosa
que las estrellas.
No solo soy un fantasma, existo de verdad,
¿De dónde leíste aquello que yo he escrito?
Misma pregunta: ¿En dónde has leído, algo de lo que yo he escrito?
Entrevista a Edna Lieberman: “Roberto Bolaño es mi fantasma”
Por Mario Casasús
El Clarín de Chile
México DF.- En entrevista exclusiva con Clarín.cl Edna Lieberman (1958), la musa y personaje en la narrativa de Roberto Bolaño, habla de la novela Cartas a mi fantasma (Editorial Terracota, 2009), título que juega con el poema: El fantasma de Edna Lieberman publicado en Los perros románticos. “Me encontré nombrada y evocada en su literatura, tanto bajo seudónimos como con nombre y apellido. Ahí empezó mi profundo duelo atemporal, off-time, se habían cumplido 3 años del fallecimiento de Roberto. Me sentí desesperada al no poder preguntar, responder, agradecer o simplemente entablar la conversación, que entre los dos quedó trunca”
La evocación escrita por Bolaño en el poema Musa y en El fantasma de Edna Lieberman (Los perros románticos, 2000); hizo eco entre Llamadas telefónicas (1997), ahí Edna es “la mexicana”; En Los detectives salvajes (1998) la seduce con el seudónimo de “Edith Oster”; en Tres (2000) la describe como “la desconocida que desaparece en su Atlántida”; en Amberes (2002) vuelve a ser “la mexicana, judía, pecosa, de piernas flacas y pelo caoba”; aparece en varios versos de La Universidad Desconocida (2007) como “Edna”; y en la novela póstuma 2666, Bolaño la nombra “Edna Miller”.
Edna Lieberman imagina los escenarios si hubiera leído a tiempo la poesía y narrativa de Bolaño, habían pasado 30 años sin que ambos entablaran una conversación, después del intenso romance que vivieron en Barcelona; lo que comenzó como un íntimo epistolario y catarsis, terminó convirtiéndose en la novela autobiográfica Cartas a mi fantasma (2009), la trama transcurre durante un viaje a España, Edna visita a las amistades que compartió con Roberto en 1979, desde Bruno Montané a Victoria Ávalos; sin pretender escribir a 4 manos, Edna recurre a la poesía e intercala párrafos de Bolaño donde ella se reconoce y le responde. Este 28 de abril el poeta infrarrealista y narrador chileno cumpliría 57 años.
http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=20944&Itemid=6988