La expresión anglosajona show business tiene en Venezuela un sentido escandaloso: la ¿industria? cinematográfica criolla, que se ha quejado históricamente de la estrechez de recursos a que la ha condenado la burocracia, se quedó sin mandíbula cuando se hizo público que Danny Glover, aquel hombre que casi vuela en pedazos sobre una poceta explosiva, recibiría una cantidad absurda para filmar una película sobre el héroe de la revolución haitiana François Dominique Toussaint-Louverture.
El natural reclamo de la Cámara Venezolana de Largometrajes (Caveprol) y la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (Anac) originó un impasse con el ministro de Cultura, Francisco Sesto, quien decidió cortar todo nexo institucional con ambos gremios. “El pensar que se le está quitando dinero al cine venezolano es una necedad”, ha dicho el hombre, sin que muchos entendamos muy bien el razonamiento: Glover apenas ha dirigido una película y una producción para la televisión, mientras que entre nosotros hay unos cuantos directores que habrían podido aprovechar mejor una inyección de recursos que ni siquiera tenía que ser tan sustanciosa (ya Román Chalbaud se encargó de demostrarnos que no es dinero lo único que necesita nuestro cine). Para muestra hay botones como los excelentes trabajos de Alberto Arvelo, que con peliculones como Una vida y dos mandados, Una casa con vista al mar, Habana, Havana y Tocar y luchar ha demostrado tener algo del toque que necesita nuestro cine. Paradójico de un gobierno que dice tener como principio el ultranacionalismo, ¿no? Así cualquiera se pone suspicaz.
En fin, son cosas que al menos yo no entiendo. Por cierto que otro director que ha hecho lo suyo, Diego Rísquez, quien con su Manuela Sáenz hasta recibió el aplauso del poder, es tan insensato como yo:
…estamos hablando de 18 millones de dólares, con los que se podrían hacer al menos 18 películas en Venezuela. Seguramente, la película de Glover en vez de tener 100 personas involucradas en el proyecto, como es una superproducción, tendrá 300; y en vez de 1.000, se van a beneficiar 3.000, pero eso es en un tiempo de cuatro meses. Nosotros cada vez que hacemos una película metemos en cada departamento aprendices, muchachos jóvenes, eso por un lado. Si me dicen que este es un caso inédito, es mentira: aquí vino a filmar Steven Spielberg, rodó una parte de Aracnofobia, han venido los españoles, vino Disney, han venido los franceses, los italianos, pero la gran diferencia es que esta gente traía capital exterior y lo gastaba en Venezuela. Qué me van a decir: ¿que es por la unión latinoamericana? Puede ser, pero ¿porque es un líder afrodescendiente? Pero si nosotros tenemos muchos héroes afrodescendientes que podríamos rescatar también: tenemos al Negro Primero, al Negro Miguel, a Josefa Camejo y pare usted de contar. Entonces yo no entiendo la actitud del ministro cuando el gremio o personas como yo estamos diciendo que no es correcto entregarle 18 millones de dólares a una sola persona.
En Venezuela salimos de un escándalo para entrar al siguiente. Señores, esto sí que es show business.
No, a mi me dejó muy impresionada la réplica del infame Ministro respecto a que lso recursos no se le están quitando a nadie, porque los 18 milloncejos no están en le presupuesto ordinario sino que son recursos adicionales: como se vé que esos «riales» no le duelen! Saludos!