El extraño plagio de Saramago

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En Jose Saramagouna carta que está circulando por correo electrónico y ya empieza a ser publicada por algunos medios, la escritora chilena María Cristina da Fonseca acusa de plagio a José Saramago. Según Da Fonseca, su novela Los días felices en que Humocaro quería morir (Ediciones Domen, Chile; 1995) habría sido convertida por Saramago en Las intermitencias de la muerte -que está de moda por estos días, como saben mis siempre perspicaces lectores.

Dice Da Fonseca:

Al leer Las intermitencias de la muerte, dedicado a su señora y traducido por ella, tal como la publicidad lo adelantaba, encontré sobre todo en la primera parte, extrañas y muchas coincidencias entre ambas publicaciones. Esto a pesar de que mi libro sólo cuenta con 50 páginas y el suyo con 274.

La escritora agrega que entregó un ejemplar de Los días felices… a la esposa de Saramago, Pilar del Río, durante un acto en defensa de los derechos humanos, realizado en Chile. De allí, supongo, se aferra la autora chilena para lanzar la grave acusación contra el premio Nobel 1999.

Las similitudes entre una y otra novela son en realidad superficiales y, a mi juicio, insuficientes para hablar de plagio. Sin embargo, Da Fonseca las califica de «especiales coincidencias» y pide que se le aclare lo que ella llama «misterio de las letras y la industria editorial».

La carta ofrece una docena de frases en las que Da Fonseca quiere ver su novela reproducida en palabras de Saramago; como quiera que la mayoría contiene errores tipográficos, o de puntuación, que hacen algo confusa su lectura, pongo aquí sólo tres para que ustedes luego revisen la carta completa:

  • La frase inicial de Las intermitencias: «Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme», recuerda la frase de Humocaro: «Pasó largo tiempo y de pronto percibimos que nadie fallecía en Humocaro… ¡La muerte se había muerto entre nosotros!».
  • Mientras en mi libro: La defunción de la muerte ocasionó grandes festejos. Alguien tuvo incluso, la ocurrencia de desplegar a la entrada del pueblo una pancarta gigantesca que con orgullo proclamaba: «¡En Humocaro se vive para siempre!», «¡Bienvenidos a la vida eterna!» (pág. 16). Así no tuvieron los medios de comunicación en Las intermitencias otra solución que «unirse a la marea de alta alegría colectiva que se extendía de norte a sur, refrescando las mentes temerosas y arrastrando lejos de la vista la larga sombra de tánatos. Con el paso de los días, y viendo que realmente no moría nadie, los pesimistas y… Poco a poco al principio, después en masa, se unieron al mare mágnum de los ciudadanos que aprovechan todas las ocasiones pata salir a la calle y proclamar, y gritar, que, ahora sí, la vida es bella». Pág. 29.
  • «Y Humocaro descubrió que no podía vivir sin expirar… Fallecer era un imperativo vital e impostergable y rogábamos a Dios de corazón que nos devolviera la muerte» (Pág. 21). Las intermitencias: la iglesia católica… promete organizar «una campaña de oraciones para rogar a Dios que providencie el regreso de la muerte» (Pág. 47).

Y, bueno… no sé ustedes, pero a mí se me hace imprescindible un arduo esfuerzo de imaginación para concordar con Da Fonseca en que Las intermitencias de la muerte es un plagio de su novela hecho por Saramago.

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15 thoughts on “El extraño plagio de Saramago

  1. En este caso no estoy de acuerdo contigo, Jorge. Si fuera un tema menos rebuscado, tal vez, pero estamos hablando de que la muerte desaparece en una ciudad o un lugar específico. Puede que el “plagio” como tal no exista, pero no cabe duda de que Saramago buscó mejorar, acaso, la novela de la chilena, y que su aproximación se aproximó a veces demasiado. Yo soy de los que opina que las coincidencias no tienen mucha cabida en la literatura, aunque estoy seguro de que sí las deben haber, porque todo o casi todo es posible. Sin embargo, si Da Fonseca asegura haberle dado su libro a Pilar, no hay que darle muchas vueltas a esta historia. Ni siquiera Saramago es perfecto.

  2. ¿Tema menos rebuscado?
    El tema de la Muerte que se niega a cumplir su trabajo no me parece un tema rebuscado, es viejísimo y ha sido abordado montones de veces, forma parte ya de la cultura popular, desde un capítulo de los Simpsons hasta de la serie Twilight Zone.
    Los temas literarios no pueden ser considerados para calificar algo como plagio. Coincido con Jorge en que se debe hacer un arduo esfuerzo…
    Por cierto Jorge (te sé fan de Seinfeld) en la nueva prodducción de The Twilight Zone, donde Forest Whitaker hace el papel de Rod Serling, el primer episodio estuvo protagonizado por Jason Alexander (George Constanza) quien, precisamente, interpretaba a la muerte, que se presenta ante un doctor con una severa depresión y se niega a cumplir con su tarea, así que «se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo», como dice la contratapa del libro de Saramago
    saludos

  3. Roberto, coincido con Edilberto. Nomás echa un ojo aquí y verás de dónde salió Meet Joe Black, la película donde Brad Pitt interpreta a la Muerte tomándose un respiro y, de paso, levantándose a la deliciosa Claire Forlani. Es probable que Saramago sí haya leído el libro de Da Fonseca, pero si se le va a acusar de plagio habría que aportar evidencias concretas dado que el tema es recurrente: la muerte juega ajedrez en El séptimo sello; la muerte muere en un capítulo de Los Simpson. A Saramago podría acusársele, sí, de agarrar un tema tan soberanamente pueril y manido; pero de plagio, al menos con las frases que Da Fonseca quiere mostrarnos como «evidencias», lo dudo.

  4. Hay una novela de ciencia ficción titulada «El día de los trífidos», de John Wyndham. En dicha novela, la humanidad entera queda ciega debido al uso de ciertas armas. Los sobrevivientes, entre los cuales hay algunos videntes, deben organizarse para sobrevivir y enfrentarse a los peligros que acarrea su nueva situación, entre ellos, los trífidos del título (plantas venenosas que se mueven). Cuando Saramago publicó «Ensayo sobre la ceguera», hubo quien habló de plagio o que Saramago había leido la novela, cosa que negó en su momento. Es obvio, por mucho que soñemos con la originalidad total, esta simplemente no existe, a lo más, hay variaciones sobre ciertos temas.
    Borges escribió que solo había cuatro temas en literatura. Y recuerdo haber leido una anécdota sobre un escritor al que le pidieron un argumento original para una novela. «Un hombre y una mujer se enamoran», contestó.
    Creo que la idea de plagio que postula la señora Fonseca es cualquier cosa, menos original…

  5. Quizá sea un plagio, quizá no, pero lo importante sería que hubieran los mismo personajes, la misma trama… es sólo la idea de donde pueden partir varias historias, digo, por ejemplo, un autor se podria enfocar en un suicida, otro en una anciana, otro en una mujer embarazada… y todas girarian en torno a que no PUEDEN morir… Pero lo importante aqui es lo que se lee entre lineas con José Saramago, estoy seguro que todos sus libros deberian llevar el titulo de ENSAYO, porque en verdad lo son. No son simples historias lo que cuenta, plantea creencia, una filosofia, por llamrala de algun modo…
    En fin, quizá si hubo plagio, quizá no…

  6. Pues para ahondar, nada más vean que aquí ya no sólo son ocincidencias:

    “Los científicos, los religiosos y el hombre en general, no se explicaban las causas de tan singular fenómeno que afectó a toda la Tierra y puso en peligro la vida de sus habitantes, su estabilidad, su congruente equilibrio ecológico y su capacidad para albergar tantos seres…El hecho ocurrió de pronto en todos los países, en unos de día en otros de noche. La noticia se comenzó a difundir…la gente…. no daba crédito a los titulares de los periódicos de ese día: “NO MURIÓ NADIE AYER!”…

    Este es el inicio del cuento ¡Últimas noticias! del mexicano Teófilo Huerta, el cual fue escrito en 1983 para un concurso literario de ciencia ficción en la ciudad de Puebla, registrado ante las autoridades del Derecho de Autor en 1986 y publicado en una edición limitada en 1987 por Editorial Quetzalcóatl, junto con otros cuentos bajo el título La segunda muerte y otros cuentos de fúnebre y amorosa hechura.

    Esta por su parte es la introducción de la novela las Intermitencias de la muerte del Premio Nobel José Saramago:

    «Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado… ni siquiera un caso para muestra, de que alguna vez haya ocurrido in fenómeno semejante, que pasara un día completo, con todas sus pródigas veinticuatro horas, contadas entre diurnas y nocturnas, matutinas y vespertinas.”

    Más adelante el cuento de Huerta dice:

    “’Nuestros reporteros realizan en este momento una acuciosa investigación en todos los velatorios y hospitales, pues, al parecer, ayer tampoco murieron enfermos graves’”

    Y la novela de Saramago expresa:

    “…Se realizaron llamadas a los hospitales , a la cruz roja, a la morgue, a las funerarias…y las respuestas llegaban siempre con las mismas lacónicas palabras, No hay muertos”.

    En otro pasaje de ¡Últimas noticias! se expresa:

    “…los vehículos quedaron prácticamente deshechos, pero sus ocupantes están ilesos, repito, los ocupantes de los dos autobuses que acaban de chocar están ilesos…”

    Y en otro pasaje de Saramago:

    “…de acuerdo con la lógica matemática de las colisiones, deberían estar muertos, pero que, pese a la gravedad de las heridas y de los traumatismos sufridos, se mantenían vivos…” (p. 14)

    Al explicar tan peculiar fenómeno la obra de Huerta revela:

    “’Otra de las teorías es la que mantienen especialistas de Moscú, quienes atribuyen la existencia del fenómeno a una variación de la órbita de la Tierra…”

    Y Saramago lo explica así:

    “….no se debería excluir la posibilidad de que se tratara de una alteración cósmica meramente accidental…”

    Ante tan característica situación la gente celebra así en el cuento de Huerta:

    “Un ambiente de fiesta surgió en todos los hogares, en muchos de ellos había auténtica algarabía….“El júbilo era casi general, aun los que no habían atravesado por peligro alguno se sentían seguros de que nada les pasaría. Los niños jugaban sin cansarse y repetían las frases de los adultos: “no vamos a morir, no vamos a morir”.

    Y así celebran en la novela:

    “…alegría colectiva que se extendía de norte a sur y de este a oeste, refrescando las mentes temerosas y arrastrando lejos de la vista la larga sombra de tánatos..se fueron uniendo al mare mágnum de ciudadanos que aprovechaban todas las ocasiones para salir a la calle y proclamar, y gritar, que, ahora sí, la vida es bella.”

    En el cuento de Huerta se ven afectados esencialmente los intereses de hospitales, funerarias, cementerios y compañías de seguros:

    “…mientras que otros intentaron ejercer diferentes actividades, lo mismo que los empleados, gerentes y dueños de velatorios y panteones.”

    En la novela de Saramago se ven afectados esencialmente los intereses de hospitales, funerarias, cementerios y compañías de seguros:

    “Importantes sectores profesionales, seriamente preocupados con la situación, ya comenzaron a transmitir la expresión de su descontento…las primera y formales reclamaciones llegaron de las empresas del negocio funerario.”

    El cuento de Huerta le da un peso esencial como eje de la trama al aspecto periodístico:

    “…sin faltar aquellos encabezados ingeniosos: ‘THANATOS VENCIDO’, ‘LA TILICA Y FLACA DE VACACIONES’….Los encabezados seguían siendo sumamente llamativos: ‘EUFORIA MUNDIAL’, ‘¡SOMOS INMORTALES!’, ‘¡SÓLO FALTA QUE RESUCITEN LOS MUERTOS!’…”.

    La novela de Saramago le da un peso esencial como eje de la trama en la primera parte al aspecto periodístico:

    “…los más diversos y sustanciosos titulares, algunas veces dramáticos, líricos otras, y, aunque pocos, filosóficos o místicos, cuando no de conmovedora ingenuidad, como el de un diario popular que se contentó con la pregunta, Y Ahora Qué Será De Nosotros…páginas convulsas, agitadas, manchadas de titulares exclamativos y apocalípticos…Tras el paraíso, el infierno, La muerte dirige el baile, Inmortales por poco tiempo, Otra vez condenados a morir, Jaque mate…”

    La opinión de la Iglesia y la vejez es importante en el cuento de Huerta. La opinión de la Iglesia y la vejez es importante en la novela de Saramago.

    La diferencia entre las obras es que el cuento tiene 8 cuartillas (10 en su registro y publicación original ) y la novela 274.

    La otra diferencia es que el cuento fue publicado en 1987 y la novela fue publicada en 2005.

    Quedo a sus órdenes:
    Tels. 56 23 32 70 y 58 77 84 11

  7. El tema de la muerte me atrae desde el punto de vista filosófico y compre el libro por su autor portugués. Hace un enfoque totalmente baladí casi infantil al igual que los coautores del tema la chilena y el mexicano. La novela es mas tediosa y lenta que una telenovela latina. Quizá lo meritorio que tuvo escritor fue la cursi repetición de tontas palabras para llenar páginas hasta completar el libro.
    A los amigos que también han oipinado les invite a recordar a Ramón de Campoamor: » En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del criastal con que se mira »

  8. No estoy de acuerdo con la acusación de plagio, pero claramente hay una influencia. La literatura está plagada de este tipo de cosas y la verdad es que el original me recuerda mucho el estilo de García Márquez, me pregunto si la señora Fonseca habría escrito lo que escribió de no haber existido el realismo mágico. Por último, Shakespeare se hizo conocido refinando los temas de sus antecesores llevándolos a la perfección estilística. Para ser un escritor totalmente original hay dos caminos, no leer (con lo cual se hace difìcil escribir) o escribir todos los libros posibles, al estilo de Borges.

  9. No coincido Jorge, creo que hay muchas maneras de plagiar o de tomar lo del otro. Creo que Saramago es genial y dudo que haya hecho trampa, pero es un ser humano y a veces ponemos a la gente en lugares donde tambien puede estar otro, esa señora que no conocía tambien merece ser leida y si fuera premio nobel diriamos ¡¡que bueno lo suyo!! asi somos, ¿o no? algunos mas otros menos. Lo cierto es q Saramago parece haberle gustado el tema, creo que la sra. escritora, aunque no sa Premio nobel merece una explicacion.

  10. Artigo 308.º do Código Penal Português – Traição à Pátria

    Aquele que, por meio de usurpação ou abuso de funções de soberania:

    a) Tentar separar da Mãe-Pátria ou entregar a país estrangeiro ou submeter á soberania estrangeira todo o território português ou parte dele; ou

    b) Ofender ou puser em perigo a independência do País;

    é punido com pena de prisão de 10 a 20 anos.

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