Juan Francisco Porras Rengel quiere que la gente deje de apreciar a la filosofía como una rama elitista del conocimiento. Su más reciente esfuerzo en este sentido es Dialéctica del bidet, que está escrito en versos endecasílabos:
Yo estaba sentado una vez en un bidet y no funcionó. Como suelo hablar con los objetos, le pregunté qué le ocurría. Por supuesto, no me respondió, como buen objeto discreto, guardián de las perversiones sexuales más insólitas. Eso me llevó a crear un diálogo entre un bidet anciano, sabio, y uno inexperto, y se pasearían por todos los temas inherentes al hombre.
El libro avanza en una tesis manejada por Porras Rengel en uno anterior, llamado Lógica del sentimiento, en la que predica la necesidad de que exaltemos nuestros atributos y nos olvidemos de nuestras deficiencias y, lo más importante, comprendamos que
…al lado de la lógica racional que el hombre emplea en el proceso del conocimiento tanto del mundo real como ideal y de su propio reino interno, existe otra vertiente de la lógica: la del sentimiento o valorativa…