Cuenta el periódico universitario Letras, que Caracas, a diferencia de otras capitales, se ha rendido al imperio del disco compacto en desmedro del viejo disco de vinil. Un fenómeno que hace que ciertos lugares de la ciudad se conviertan en verdaderos paraísos para coleccionistas, pues según la nota sólo los conocedores adquieren los viejos long plays.
Sólo un reducido grupo de melómanos y coleccionistas, sorteando la suerte y el desconcierto, rinden culto en nuestra ciudad capital al formato que por mucho tiempo difundió la música entre las masas: el acetato.
El lugar preferido para la compra y venta de discos de acetato (aunque hay propietarios que se los regalan a los vendedores porque les ocupan mucho espacio en casa) es el corredor que se encuentra bajo el puente de la avenida Fuerzas Armadas, en pleno centro de Caracas, hoy por hoy una de las zonas más peligrosas de la ciudad. Allí se pueden conseguir verdaderas joyas musicales en precios muy bajos, de 2.000 a 5.000 bolívares, y no exagero.
Ese lugar es más conocido por ser el mayor punto de venta de libros usados que tiene Caracas. En ese lugar, y en una tarde de ocio hace muchos años, leí por primera vez, publicado nada más y nada menos que por el Papel Literario del diario El Nacional, el poema «Instantes», erróneamente atribuido a Jorge Luis Borges. Solía irme por las tardes armado de un gran bolso negro que entre amigos habíamos bautizado El Gusano, y compraba libros que después vendíamos en las actividades de la Peña Literaria Cahuakao, grupo en el que trabajé a finales de los 80 en Cagua.
Ya acabemos la digresión. La nota de Letras da cuenta de otros sitios donde los compradores de discos de vinil no tan afectos al peligro del centro caraqueño pueden ir a buscar:
En Sabana Grande, a la altura del Pasaje Asunción, se detiene al final de la tarde un señor con una veintena de LPs. La Plaza de Los Museos recibe los fines de semana a esporádicos vendedores de colecciones personales. Más allá, en el Paseo Anauco, entre los libros usados y las peluquerías se ubica un puesto de discos con horario lunar: abre de vez en cuando y de cuando en vez.