Hay quienes, al ignorar las múltiples posibilidades del idioma, aplican como conjunciones cualquier cosa que se les ponga a tiro. “Donde”, “el cual”, “la cual”, “por tanto”, “por cuanto”…
Categoría: Siendo un escritor
Hay quienes, al ignorar las múltiples posibilidades del idioma, aplican como conjunciones cualquier cosa que se les ponga a tiro. “Donde”, “el cual”, “la cual”, “por tanto”, “por cuanto”…
Hola querido Jorge,
Como siempre entré desde el Sitio de García Ponce a Letralia y descubrí tu blog, me ha dado mucho gusto.
Vengo a felicitarte y a dejarte un abrazo.
Seguro éxito.
Decía Don Fernando Lázaro Carreter, lamentaba más bien: No se trata ya de una escritura menesterosa, los desmanes vienen a reflejar un serio desajuste neuronal muy preocupante. Se trata de un paralelismo nefasto, imposible ubicar las palabras apropiadas debido al imposible ajuste reflexivo previo. ¿Dónde alcanzarán esos caletres? Desdeñan la lengua y la argumentación. Por cuanto el cual desdén alcanzará la cual desidia capaz de empeorar hasta donde sea menester. Bla, Bla, Bla… moderno y relajante.
Acabo de enterarme de la aparición de esta bitácora. Muchos saludos y felicidades desde México, luego de mucho tiempo de haber roto el contacto.
Pensando en la nota: además de las conjunciones como penicilina (parafraseando a J. C.), otro problema de esa misma vacilación de la(s) mente(s) es, al menos en mi pobre país, el uso de ciertas interjecciones como signos de puntuación (o algo parecido; nadie, por supuesto, lo tiene claro ni siquiera medianamente articulado). La conversación de demasiada gente está rociada de «güey», «osea» y varias otras palabras que, de tan usadas, pierden todo sentido…
saber sobre gente invalida