A veces un tema lo toca a uno varias veces en un día. Hoy ha sido el tema de la censura el que me ha tocado.
Hace unas horas veía las escenas finales (digamos los últimos 45 minutos) de El nombre de la rosa, el filme basado en la novela homónima de Umberto Eco. Memorable el grito de alegría que lanza Sean Connery, interpretando a William de Baskerville, cuando descubre la que define como «la biblioteca más grande de la cristiandad», cuyo acceso está prohibido a los hombres de a pie y sólo está permitido para el bibliotecario, el asistente y los jerarcas de la abadía benedictina a la que Baskerville ha ido para investigar ciertas muertes misteriosas. Ante el tesoro bibliográfico que se presenta a los ojos de Baskerville, exclama: «Nadie debería prohibir la lectura de estos libros». Y es que es justamente ese uno de los temas centrales de la obra, la indigna estupidez implícita en la censura.
Y bien, hace unos días se comentaba en decenas de blogs la iniciativa del Vaticano para frenar las ventas de El código Da Vinci. Una iniciativa que no sólo es en vano, sino que pareciera que el Vaticano hubiera sido contratado como agencia publicitaria para el libro de Brown.
Hoy consigo en el diario dominicano El Nacional esta nota, gracias a la cual he obtenido dos noticias simultáneas: la primera, que la canción La camisa negra, de Juanes, ha sido censurada por sus «altos contenidos de morbosidad»; la segunda, que en República Dominicana existe una Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía que tiene el poder para prohibir contenidos.
La camisa negra no podrá, en virtud de la resolución número 008-2005, ser transmitida por medio alguno, y los locutores que infrinjan esta orden podrían ser suspendidos provisional o definitivamente. La prohibición es férrea: ni siquiera podrá ponerse la canción en sitios públicos. No habría imaginado los alcances de la mentada comisión a no ser porque me topé en El Tiempo de Colombia con esta otra nota que me aclaró la cosa:
La prohibición comprende la radio, televisión abierta o telecable, billares, medios electrónicos o cualquier establecimiento público, informó la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía. (…) El estribillo criticado por los comentaristas es el que afirma que «tengo la camisa negra y debajo tengo el difunto». En mitad del corte, una voz exclama: «Para enterrártelo cuando tú quieras, mamita».
¡Billares! Todo un caso. Hace unos días leía en El cuaderno de Taganga, la bitácora de Juan Carlos Chirinos, esta última nota en la que se plantea otro modus operandi de la censura: acallar al autor comprándole la obra. El escenario no es República Dominicana ni el Vaticano, sino Venezuela. Un tema peliagudo al que le daremos vueltas y más vueltas, por lo que se ve.
Jorge, creo que nuestro medio ambiente (blogósfera) ya va a ser pronto un medio regulado…. ya hay demasiados casos en el exterior… menos mal que somos pocos… pero ya llegará el día, aunque aquí el autor de «http://blogs.salon.com/0001330/» ya lo han amenazado…
Y si lo regulan, con una ley como el nuevo código penal donde se habla de «ofensa» que queda a la discrecionalidad del ofendido… estamos como que …..
De nuevo el famoso Index librorum prohibitorum del Vaticano.
Una cosa es clara: el volumen de ventas va a aumentar muy significativamente. Pero por otro lado este ataque un tanto a destiempo demuestra que internamente dentro del Vaticano hay una lucha de poder entre masones, jesuitas, conservadores y la lìnea liberal.
Me pregunto por què no se formò tanto escandalo con el libro de Los milenarios (de un jesuita) El Vaticano contra Dios que por cierto narra todo esto que està sucediendo.
Igual pasò con el libro de Pepe Rodrìguez: Verdades y Mentiras de la Iglesia Catòlica.
Ni siquiera con ‘Caballo de Troya’ (Manteniendo las distancias).
Razòn le doy a los teòlogos malditos que ya han tocado este tema ampliamente: Han Kungs, Juan Josè Tamayo y a Leonardo Boff.
Citemos para concluir a A. Machado: «¿Tu verdad? No. Guárdatela. La verdad. Vamos a buscarla juntos
– Un cordial saludo como siempre –
yo creo que se exageró mucho la noticia, el cardenal lo que hizo fué expresar una opinión personal como lo puede hacer cualquier persona, de hecho el Vaticano oficialmente dijo después que ellos no censuran nada y a esa noticia no le dieron ninguna cobertura. Ya no tienen el poder de censurar nada, lo que pueden hacer es decir en las misas en todo el mundo que por favor no lean el libro. A mi en lo particular me pareció como si fuera una película hollywoodense cualquiera. Y el otro de Angeles y Demonios es realmente super malo. Así funciona el marketing hoy en día.
Los remito a la historia de Lil’ Kim: una rapera recien convicta por mentirle a un gran jurado aqui en los «States» . Su último albúm ha sido censurado porque nisiquiera los títulos dejan de ser groserías- «Fuck you», no como insulto sino como verbalización de lo que se imaginan es un ejemplo donde la letra menciona sin tapujos hasta el sexo anal -. Estos casos tienden a generar la tentación de decir que hay censura «buena»…pero no, censura es censura, y si no que lo digan los diarios de oposición venezolanos.
Jorge,
he estado escribiendo mailes a la gente y recibiendo feed-back de ambos lados: parece que a nadie le hace gracia el proyecto de ley de derechos de autor. Según tengo entendido, el proyecto no va a prosperar; pero yo sugiero no bajar la guardia. ENtra en la página web de la Asamblea Nacional y lee el dichoso anteproyecto. Es un tema que nos afecta a todos. Yo sé que hay otras tantas leyes que se quieren aprobar, y que tienen desmanes como los de esta ley, pero yo me circunscribo al territorio donde creo puedo aportar algo, que ya está bueno de que los escritores metamos las narices en todos los asuntos, aun sin tener ni «puñetera idea» de lo que se habla. Así que yo, a mis zapatos. Y todos nosotros, me parece.
me opondré siempre a que se apruene una ley que deja a la industria editorial venezolana ante su cámara de gas.
repito, parece que esto no va a ser así.
Parece.
Ya lo tengo, Juan Carlos; lo bajé siguiendo el enlace que está en tu Taganga. Como la Semana Santa es tiempo de recogimiento espiritual, recogeré mis bebidas espirituosas y así armado lo leeré en estos días en que quizás tenga algún descanso. Adelanto para envidia de muchos que el jueves santo estaré de ruralía en San Sebastián de los Reyes, donde dominó y sancocho me esperan junto con mi familia. Así que no será el jueves cuando lo lea, pero lo leeré para escribir al respecto.
particularmente a mi me tiene podrida esto de que la curia quiera censurar a la gente, al fin de cuentas cada quien sabe que hacer o no.. bueno , es un tema que supongo tocaremos a lo largo de nuestras vidas si esque no hay un cambio en algunas cosas.. osea, ¿esperanzas de que cambie la estructura de la iglesia en cuanto a la libertad de pensamientos de las personas? humm lo veo dificil che..
Un saludo
Bueno, creo sinceramente que vivimos a gran velocidad, que las cosas ocurren a tal ritmo que supera nuestra capacidad para decantar los acontecimientos, los fenómenos, los avances. Precisamente en esto va mi suerte… Yo confío en que en pocos años estos esfuerzos de control tan patéticos, tanto por parte de la Iglesia como de nuestro gobierno acabarán sucumbiendo… La era de la información es quien los aniquila y nosotros los machacaremos a fuerza de usar los medios…
La monarquía, el Vaticano, y todas estas cosas de la Edad Media van quedando caducas, anacrónicas, absorbidas por la prensa de papel cuché, y sus hijos bastardos, las dictaduras y los militarismos quedarán acalladas por el estruendo de la información… Quiero decir que es como lo que dice Jorge, hay que estar mosca, y no dejar de denunciar y decir, y buscar juntos la verdad como decían por ahí… Pero la globalización es un hecho y los problemas reales consisten a mi juicio en hacer llegar una información, y una cultura de “calidad” al público y dejarlo que elija… Aquí no vamos a salvar a nadie, la gente se salva si quiere, como en Matrix… Lo otro es la lucha radical contra la pobreza en el mundo.
La cosa es que no hay que ser pesimistas… Al contrario, hoy más que nunca tenemos recursos para enfrentarnos a la barbarie y la mediocridad… En fin, ahí queda… El fenómeno del militarismo en Venezuela, si llega a cuajar será pasajero, porque somos un país de fronteras abiertas y no una islita como Cuba… Por último, y creo que no peco de ingenuo, confío en el carácter democrático del venezolano. Nosotros no dejaremos que se le haga a la democracia venezolana un daño mayor…
Hace falta un lider renovado, nuevo, con nuevos argumentos, proyectos sólidos. Seguro que en cuanto aparezcan habrá un giro radical en la situación política venezolana. Creo que hay que dejar de quejarse de las viejas nostalgias de lo que no servía, y quejarse de lo que no sirve y avanzar sobre la realidad, adelantarse a nuestros líderes en vez de quejarnos a cada paso que dan…
¿Les parece obsceno o morboso lo de “enterrarte el difunto”? Irán a prohibir todas las canciones de Reaggauettón (o como se escriba), entonces.
Francamente, no veo que tiene de especial ni alarmante. Es censurar molinos creyendo que se censuran gigantes. Si a alguien de verdad le interesa comprar un disco de rap de Lil ‘Kim (como dice el post de arriba) donde ella explica que le gusta el sexo anal, pues es problema del consumidor y del gusto de Kim, quien con tantas vainas de las cuales hablar le da por esa. El que exista la censura es lo que hace justamente que a esta gente le dé por hablar pendejadas para darselas de «rebelde». Capitalistas de la mediocridad y el mal gusto, es lo que son. Mercachifles de lo valurdo que ni me van ni me vienen. Pero bueno, es solo mi opinion.