Lo confieso: me ganó la curiosidad y le di una ojeada al blog de famosos de la señora Huffington. Pero, ¿un blog sin comentarios? No sé, me parece que es algo así como un carro con un solo asiento. ¿Cómo nos vamos a la playa en una máquina de esas?
Supongo que la blogosfera es un territorio fértil para experimentos de este tipo y que los veremos cada vez con más frecuencia. Personalmente me interesa más el estilo Gould que la blogosfera le está dando a Internet: que la gente como uno me cuente cosas, y que más gente como uno comente, replique, nutra con nuevos datos y nuevas perspectivas. Hasta donde he podido ver la blogosfera tiene sus propios famosos y sí, son mucho más interesantes que los de la esfera Huffington.
Estoy de acuerdo contigo,lo mejorcillo de las bitácoras son los comentarios, hay algunos mejores que las entradas a las que se refiere. Para mí en particular son un placer.
¿No han puesto la opción de comentar? Dijeron que probablemente lo harían, no directamente al escritor del post, sino a una especie de moderador por temas, pero bueno. No he visitado ese site aún pues ando corto de tiempo … con lo q me dices me quitas las ganas.
Estoy de acuerdo, Jorge. Un blog sin comentarios no es blog.
A mí me gusta tu blog, porque precisamente es todo lo que dices que debe ser uno. Es realmente informativo, formativo y además te conecta con otros mundos blogueros interesantísimos… así que viéndolo tú con tus ojos, me ahorro el vistacillo a la Hufftington esa o como se llame…
¡Habrá al menos una sección de cartas al director a través de un e-mail!
Es algo distinto e igualmente interesante. Es lo mismo que ofrecen los artículos de opinión en los periódicos.
Maruja y Tristán, gracias por sus comentarios (justamente ese es el tema).
Juan, parece que aún no han activado los comentarios. Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que yo no haya buscado bien. Pero al menos yo no vi comentarios por ningún lado.
Cris, gracias por la confianza.
Luis: ni siquiera eso vi. Pero, en todo caso: la gracia de los blogs consiste en que sean mecanismos de comunicación bidireccional. Fíjate, yo publico esta crítica a un sitio en Internet, y tú tienes (gracias a que esto es un blog) la posibilidad de replicarme, y yo, a la vez, de responder a tu réplica. En el bluff de la Huffington no te dan esa oportunidad.
Luis, me corrijo: tienes razón, hay al final de cada post un pequeño formulario para enviar la opinión. Pero insisto, no es lo mismo.