Les tengo dos noticias, una buena y la otra… no es que sea mala, pero al menos es extraña.
La buena es que aquella cosa mítica que llamaban Bruguera, y gracias a la cual muchos de nosotros leímos tanto buen libro, le ha sido entregada por el Grupo Zeta a Ana María Moix para que proceda a revivirla. Cual ave Fénix, Bruguera reaparece por todo lo alto, y convoca su premio Noveles (dotado con 12.000 euros) para descubrir nuevos valores literarios. Como decimos aquí: eso es llorando y vistiendo al muerto.
La noticia extraña es que el jurado del premio Noveles de Bruguera tendrá un solo integrante: el escritor Eduardo Mendoza. Una gigantesca responsabilidad, pues Mendoza deberá leer libros de 150 páginas. Dado el prestigio de la marca Bruguera, es previsible que se presenten cientos de autores a concursar, y aunque se establezca lo usual, un comité de preselección, Mendoza estará íngrimo a la hora de decidir qué libro será publicado en abril de 2006 (Bruguera ofrece junto con el premio una edición de 8.000 ejemplares).
Sorprendente, sí. Un relato de más de 150 folios es un gran relato.
Como dotación del premio dan 12.000 euros, y luego dice que la editorial se reservará los derechos para determinar la dotación. ¿Otra dotación? Qué bien.
También se reserva el derecho para determinar la tirada del libro, una tirada que tú cifras en 8.000 ejemplares. O sea, que ya no es tan reservada la tirada.
A Eduardo Mendoza le llegarán dos o tres manuscritos (como mucho) para que decida. Entonces… quién es el verdadero jurado.
Estoy en sintonía con tu nota. Cómo recordamos ese tipo de ediciones, que nos facilitaron el acceso a entrañables novelas y autores. Sin duda, Bruguera constituyó un núcleo importante en esa buena línea. También me sumo en esa valoración de la tremenda responsabilidad de ser el único jurado de un premio así.
Lo que ya no veo demasiado claro es el montaje de la reaparición y para muestra el esperpéntico «único jurado»; no por la persona y cualidades de Eduardo Mendoza, sino por el hecho en sí de crear ese puesto y en esas condiciones.
Me agradaría escuchar un desmentido que modificara el jurado.
Veo demasiados intereses de grupo mediático en Zeta, también me gustaría equivocarme pero no creo que vaya a beneficiar al nombre de Editorial Bruguera.
¿Qué? ¿No lo sabían? Eduardo Mendoza es un «speed reader»… 🙂
Fuera de bromas, me encanta ver a Bruguera de nuevo entro los vivos. Siempre fue una gran editorial. Espero que esta encarnación le haga justicia al pasado.
Alguien le tiene ganas a Mendoza.
Cosas veredes, Luis. A veces en la redacción de los concursos los organizadores estiran tanto que se vuelven ininteligibles.
Rafael, mi biblioteca (como supongo la tuya) está repleta de gaticos como ese por todos lados. También de ediciones de Salvat, que tenía una línea similar de libros económicos y muy, muy sustanciosos. El hecho de que haya una sola persona en el jurado, así como los intereses mediáticos que mencionas, nos mueve a la suspicacia.
Luis, no dudo que Mendoza lea rápido, pero ¡vaya! me parece que esto es demasiado. Buen tema ese de la justicia al pasado, aunque tendremos que ver qué trae Bruguera antes de sacar conclusiones.
Kbulla, ¿quién? 🙂
una preguntita, vi la página que han anexado a la nota pero no da ni la direccion, ni a dónde hay qe enviar el texto, Jorge: podrías enviarla por favor? saludos para todos los writers.