Gente como uno

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Skarabej

Nunca he entendido bien la afición de cierta gente por mirar fotos. Es decir, me gusta tomar fotos a mis familiares, a mis amistades, a los sitios que visito, y luego puedo pasar algún tiempo viéndolas. Pero ¿ver fotos de desconocidos?

Por supuesto que es una maña inofensiva… a menos, claro, que el trabajo de uno involucre precisamente diseñar publicaciones en las que hay cantidades industriales de fotos de desconocidos. En ese caso uno está expuesto a que cualquiera agarre las fotos del escritorio y se ponga a verlas. Obviamente no te van a ayudar con el desorden posterior.

Para aquellos que cultivan esa afición, ha sido creado el sitio Escarabajo, un verdadero museo de fotos de desconocidos. Incluye imágenes de gente en la mesa, rostros, funerales, grupos, individuos, parejas y bodas, y cada una puede ser enviada como postal electrónica. La cosa se inició con fotografías familiares recolectadas en Praga, Zagreb, Travnik y Subotica, pero actualmente uno puede enviar sus propias fotos. La única condición es que sean fotos antiguas y en blanco y negro.

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5 thoughts on “Gente como uno

  1. Ay Jorge… No te puedo dar una opinión imparcial porque soy fanático de la fotografía… Decís que no entendés por qué a alguna gente le gusta mirar fotos de extraños y el hecho de que te preguntes me cae súper raro. Pero claro, entiendo que es una cuestión de gustos. Creo que habría mucho para escribir–y mucho se ha escrito ya–sobre la apreciación de la fotografía como arte. Incluso las fotografías más mundanas y cándidas.

    En mi opinión, pocas formas de arte–y en esas formas incluyo a la scritura–tienen el poder de activar la imaginación y, aunque parezca mentira, la abstracción, de la forma que lo hace la fotografía. Hay unas cuantas novelas que se han escrito que tienen como inspiración espontánea la apreciación de una fotografía. En el caso del sitio que compartes (que no lo conocía y te agradezco mucho el enlace) encuentro que es la derivación natural de una tendencía bastante reciente (por reciente me refiero a los últimos diez años) en rescatar la fotografía de una época en que los medios de información masiva no existían y antes de que la fotografía a color se hiciera popular, es decir, de antes de los 1950’s, aunque se puede incluir también a los 60’s.

    La fotografía, sea del tipo que sea, es antes que nada, la captura de un momento. Ese poder de plasmar instantes, de la forma que lo hace la fotografía, es algo que es casi imposible de igualar en otros medios. Después de todo, ¿qué es el arte, en cualquier encarnación, sino la fijación semipermanente–porque todo erosiona con el tiempo–de ideas y momentos?

    Dicho sea de paso, empiecen a guardar las fotos viejas que encuentren por ahí. Una de las cosas con las que me mantengo al tanto es el mercado de arte y coleccionistas fotográficos, y como menciono arriba, hay una tendencia creciente a coleccionar retratos. Muchos se venden bien.

    Un abrazo,

    Luis

  2. Y yo entiendo menos que alguien esté interesado en comprar fotos de desconocidos y más cuando son antiguas y esas personas deben estar muertas. Eso fue lo que pensé cuando ví un montón de fotos para la venta en el Museo de Ciencias, en una especie de ventas para coleccionistas que hay los domingos. Algunas cosas me parecieron corotos inservibles. ¡No entiendo a los coleccionistas!

  3. Ay maestro, también a mi me encanta la fotografía y me interesan muchos los rostros, las expresiones y trato de adivinar sentimientos y situaciones, porque me gusta el retrato al oleo.
    Así que lo mejor de esto, fue el excelente link que nos ofrece y que he agregado a mis favoritos para poder visitarlo.
    Le deseo felices fiestas decembrinas en unión de su familia.

  4. Luis, supongo que es simple cuestión de gustos. Soy el tipo que pasa de largo cuando se le invita a ver fotos familiares. O videos. Ni te imaginas la tarde horrible que pasé una vez donde una pareja de recién casados que me hizo ver el video de tres horas de la boda. ¡Y yo había asistido a la boda! Lo gracioso es que buena parte de mi trabajo consiste, justamente, en procesar decenas de fotos por cada publicación que diseño.

    Maléfica, buen dato, ya sé a dónde voy a llevar los centenares de fotos que guardo por aquí… 🙂

    Así es, Luis, que viva la plutocracia. 🙂

    Lety, agradado de haberte sido útil. Iguales deseos para ti y los tuyos.

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