Llegué a Estocolmo el domingo 7 de mayo. El lunes 8, José Sánchez, un venezolano con casi treinta años en la capital sueca, me llevó a Kista (pronúnciese Shista), una ciudadela aledaña a Estocolmo en la que está asentado el Instituto Real de Tecnología, en el que se desarrollaron las jornadas de trabajo de los premios Stockholm Challenge.
Buscando una tarjeta GSM para mi teléfono (de manera de contar con una forma de comunicarme en Suecia sin tener que pagarle roaming a Digitel), Cheo me llevó a un pequeño mercado —de esos que en Venezuela llamamos abastos— que, al ser regentado por inmigrantes, ofrece productos de diversos países. Y allá me encontré con la ubicua Harina PAN, siempre dispuesta a servir arepas en cualquier idioma.
Es que los venezolanos ya estamos regados por todo el mundo y por ende algo tan nuestro como las arepitas de Harina Pan.
Saludos!
wercome backe.-
Saludos
la invasión de las arepas voladoras
Sea casualidad o qué sé yo, tengo a tres conocidos de mi pueblito Charallave, que están en Suecia. Imagina la vaina, no sólo venezolanos, sino que están por su cuenta y son del mismo hueco macondiano tuyero.
Así que no le pares, las arepas rellenas con queso francés o cuajada sueca, son buenísimas también
Por cierto, has comido unas cuantas arepitas desde la foto del header… 😉
Saluods
Unas cuantas, Adri, unas cuantas… 🙂
Por lo menos puedo estar seguro que cuando salga del pais, siempre encontraré la harina pa’ las arepas. Es que no puedo pasar un dia sin comerlas. Hasta con mermelada son sabrosas!
Soy Venezolano y me quiero ir a Estocolmo…!