«¿Por qué rechacé ese premio?», escribió Sartre sobre la vez que rechazó el Nobel. «Porque estimo que desde hace cierto tiempo tiene un color político». Esa, entre otras razones validísimas. Políticas fueron las razones por las que Carlos Franz rechazó en 2003 el Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí y éticas las de Antonio Gracia para rechazar el Espronceda en 2004. Las del escritor angoleño José Luandino Vieira para rechazar el Camões son, ni más ni menos, personales e íntimas.
El premio Camões es el más importante en el ámbito de la literatura lusoparlante. Algo así como el Nobel del idioma portugués, con una nada despreciable dotación de 100.000 euros, pagados fifty-fifty por los gobiernos portugués y brasileño. Ahora quién sabe a dónde irá a parar todo ese montón de euros, dado que el reglamento no prevé casos de rechazo.
Una explicación probable del rechazo de Vieira la da su amigo, el escultor portugués José Rodrigues. Vieira vive con su mujer en un convento portugués cercano a Vila Nova de Cerveira, donde se mantiene «al margen de los bienes materiales». El escritor de 71 años —quien pasó ocho en un campo de concentración, prisionero por luchar a favor de la libertad de Angola— ni siquiera se ha inmutado ante el revuelo que causó su decisión: simplemente apagó el celular y se sentó a escribir.
¿No es genial? 🙂