Caridad

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  1. CaridadLas hamburguesas de McDonald’s son apetitosamente hermosas en las fotos que ilustran la lista de precios, pero en la realidad real son pequeñas y desabridas. Eso todo el mundo lo sabe. Excepto los chicos, por supuesto, que disfrutan un montón en ese paraíso de plástico. Justo al pagar, una especie de alcancía al lado de la caja registradora me invita a que deposite allí mi vuelto. Se supone que McDonald’s donará ese dinero a los niños pobres.
  2. A mi regreso de Estocolmo, cuando en la pantalla del avión de Lufthansa se veía que ya casi habíamos completado el viaje hasta Maiquetía, se informa a los pasajeros que la línea aérea ha formado una organización sin fines de lucro y se les invita a dejar en una bolsa el dinero no venezolano que todavía les quede. Así, la organización podrá donar ese dinero a los niños pobres.
  3. Un cliente que vive lejos me paga un trabajo depositándome en una cuenta corriente que no movilizo desde hace dos o tres meses. En una de esas pequeñas emergencias cotidianas voy al cajero electrónico para sacar cierta cantidad de dinero. Antes de realizar la operación hago una consulta y descubro que el banco me ha birlado 40.000 bolívares en comisiones. Tragándome la impotencia natural de estos casos hago la operación, y antes de terminarla el cajero me muestra un mensaje en el que me invita a donar 500 bolívares para dárselos a los niños pobres.

Cuando invierto parte de mis bienes materiales para ayudar a quien lo necesita, esto ha de ser un acto privado entre mi conciencia y yo; de lo contrario, lo que pretende ser un acto de caridad no es más que un acto de vanidad. Organizaciones como las que mencioné obtienen beneficios inimaginables vendiendo comida de plástico, transportando gente de un país a otro o administrando el dinero ajeno, al margen de consideraciones sobre si es justo que obtengan tales beneficios. Cuando estas organizaciones pretenden pellizcarnos otro poco para los niños pobres, están apelando a nuestra natural propensión a ser vanidosos, a demostrar que somos capaces de hacer algo por los demás.

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9 thoughts on “Caridad

  1. 100% de acuerdo contigo, por eso veo mas espontáneo lo que hacen muchas figuras particulares que tuvieron o tiene grandes ingresos (como persona) y destinan fondos para tales fines benéficos. Un ejemplo : muchos artistas de Hollywood.

  2. He tenido el dudoso privilegio de haber trabajado, por unos pocos meses, despachando comida en un popular acuario marino de Miami y, además, tengo amistades que se han desempeñado en labores similares en otros puntos de comida rápida de la ciudad. A pesar de que la comida que manejábamos era distinta, mis amigos y yo coincidíamos en algo que nos parecía más un crímen que una escalofriante estrategia de negocios: cada noche, al cerrar la jornada, tocaba tirar a la basura lo que sobrara, sin importar que todavía perteneciera al reino de lo comestible. Para tranquilizar mi conciencia, decidí que en vez de tirar el pan, la lechuga y lo demás que no se vendiera, lo guardaría todo en una bolsa y se lo daría a quien lo necesitara. Pero casi al instante recordé que de salida, un agente de seguridad revisa que, como empleado, no estés llevándote nada… extra. Eso incluía la comida. Así que no tuve otra opción que, cada atardecer, internarme a escondidas en el bosquecillo de manglares, donde guardan los venados y otros animales, y verter sobre sus reducidos hábitats mi esperanza, en forma de comida reciclada, junto con el mixto complejo de Zorro y San Francisco de Asís que – para qué negarlo – a ratos me brotaba. He aquí donde entra lo de la vanidad, que Jorge menciona. ¡Esos animales ya eran alimentados a diario! Lo que yo hacía era empujarlos a la gula, pero sentía que era mejor eso que botar comida a la basura. Una urgente manera de ser Pilato y lavarme las manos. Mis amigos tuvieron mejor suerte porque de vez en cuando lograban hacerse de algunas hamburgesas para luego repartirlas entre gente poco afortunada, que en Miami son más de las que cualquiera se molesta en admitir.
    Toda esta historia viene al caso porque, yo también, he tenido esa ágria sensación de que corporaciones somo McDonald’s y Burger King, que se jactan de realizar ésta o aquella obra de caridad, son, en realidad, grandes despilfarradores. Una de mis fantasías es crear una especie de red de camiones que, cada noche, pase por restaurantes y lugares donde se sirva comida para recoger lo que sobre, antes de que sea lanzado a los desperdicios, y distribuírla entre hambrientos de la ciudad. Costaría mucho dinero, es cierto, pero resolvería el aspecto estético de mi primer plan, que incluía una larga cola de personas detrás de la cocina de Houston’s, en Miracle Mile, esperando que cerrara el restaurant para que se les entregara las sobras del día. La idea es la misma: hay personas que quieren y necesitan lo que otros, simplemente, desechan. Llamémosle el sobrante en la ecuación del “supply and demand” capitalista.

  3. ¡Grande, Jorge! Creo que este post se debería usar para dejarlo en todos esos sitios en donde tienen esa estúpida práctica (¿o estúpido es el que siente que está haciendo un bien a la humanidad dejando un vuelto después de abarrotarse de comida chatarra? ¿O estúpido es el que no cuestiona ni se hace preguntas?). En fin, si Mc Donalds quiere hacer caridad, que lo haga de sus utilidades, y si los bancos quieren ser buenos que no roben a la gente. Agrego que Farmatodo te aplica lo mismo, y básicamente es una práctica para no lidiar con el vuelto. Loque queda en caja luego del arqueo -en teoría- va para «organizaciones benéficas». ¿Y quién dice que esas organizaciones tienen un criterio adecuado sobre qué hacer con el dinero de ayudas? Muy bueno, el post.

  4. La verdadera caridad es la que cuesta, aquella en que tienes que hacer un esfuerzo: todos los casos que mencionas, Jorge, son, si aceptamos que destinan el dinero a lo que dicen, simples recipientes a los que se les ocurrió «la buena idea» de quedar bien quitándole el dinero a otros y haciéndoles creer que son mas buenos que el pan porque desechan lo que seguramente, de cualquier otra forma habrían malgastado. Y si Roberto, nadie lo creería, pero en la principal ciudad del «Sunshine State» hay hambre y misera. Saludos!

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