Inocencia

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Hace unos días el heredero hizo de mi conocimiento que quería una espada de los Power Rangers que vio en una juguetería del centro de Cagua. El tipo aún no sabe amarrarse los zapatos, pero tiene un sentido de orientación envidiable. Me condujo por entre las calles anegadas de buhoneros (no crean que sólo es en Caracas) hasta el sitio en cuestión, me hizo entrar, con la agilidad de un profesional en tales lides vadeó montañas de carritos y robots y, con su índice en miniatura, me señaló la espada. Con voz autoritaria me dijo: “Cómpramelo orita”. Inocente como todo padre, le dije: “No chico, espérate al 24 que el Niño Jesús te lo trae”. Él entrecerró los ojos y habló con la autoridad de quien tiene los pelos del burro en la mano: “Papá, todo el mundo sabe que el Niño Jesús no existe”.

En fin. Yo gané con una estrategia evasiva: “Bueno, lo hablamos después. Vamos a comernos unos helados”. No logré que se le olvidara la cosa, pero al menos quedó con la seguridad de que esta noche, si tiene el suficiente aguante para esperar a la medianoche (les aseguro que sí lo tiene), recibirá su espada. El paquete grande, claro.

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14 thoughts on “Inocencia

  1. ¡Claro que el Niño Jesús existe! Te falto, quizás, un poco más de convicción, pero a falta de ello anoche pudo darse cuenta que tú tenías razón. ¡Felices Fiestas decembrinas, Jorge! Y felicitaciones por el Premio Herralde a Alberto Barrera. Cordial saludo.

  2. No tuve oportunidad de discutir tal tema con mi hijo de dos años y 8 meses, pero cuando le pregunté si le habian gustado, solo habló de los regalos que le trajo su mamá :S Y eso que he insistido, que ha sido el Niño Jesús. Sin duda alguna. Existe¡

  3. En realidad,me parece medio soso el asunto pero bueno,de soseras tambien se vive.Me pregunto si anecdotas como estas se encuentran con frecuencia en tus escritos. Si es así, gracias pero paso.
    Cuando encuentre algo escrito por vos, juro no leer ni una línea, pero despues de recordar a toda velocidad la anecdota de tal «espadita.»

    ¡¡¡¡Virgen santa, hay cada uno!!!!

    Hace tres semanas fui con mi tataranieto hasta el serpentario.El dijo:me gustan las viboras porque son parientes del diablo.

    Le dije, changuito el diablo no existe.
    Él pregunto ¿ yo quién soy?
    Noooooo pero mira mi cuate – le tire dandomela de mexicano – Orale vamos a pasarla bomba por la rejija de mi rejija que rejija a la rejijada.

    Pero él corto mi discurso mezcalero al señalar:
    Retatara,no seas pendejo.Chingale a tu madre. Callate la boca yaaaaaa.

    Joder con los chango.Cada día vienen más avispao. Orale mi cuate, vamoooooonoooos pa’ las tierras de las letras que más que letras parecen
    ¿Que?
    Chingaleeeeee. Ya se subió el perro a mi ordenador. Ordenale que el ordenador no ordena lo que el pero ordena.Andaleeee mi cuate. Haaazzlllooo pues.

  4. ah, tengo un cepillo de lustrar zapatos. Si querés, te lo regalo. Sería una buena forma de matar el tiempo.De paso, dejarías de poner en consideracion de una banda de idiotas idioteces como la presente.

  5. Amigos, no hubo manera de que lo convenciera. Mientras abría sus regalos preguntaba: “¿Y este quién me lo compró?, ¿y este?, ¡este seguro es el de mi abuela!”, y cosas así. No hay derecho.

    Raúl, nada que perdonar. Nadie (obviamente tampoco yo) está obligado a escribir cosas que te satisfagan.

  6. La verdad Jorge es que cuando un niño pierde la concepción mágica que necesariamente involucra su corta vida, pierde la niñéz… y es triste. Mi nieto de 6 añitos, en cambio, cree profundamente en el niño Jesús… estoy convencido de ello, de lo contrario no le hubiese pedido además de los «Elementos», de los «Max Steel» etc. una computadora ¡de verdad! Esos son deseos que sólo puede satisfacer el niño Jesús… y sus asociados.
    Recíbete un abrazo y un feliz año
    Ermanno Fiorucci

  7. ¡La verdad es que el comentario de Raul no tiene nombre! Fíjate que quiere regalarte un cepillo para limpiar zapatos para que te entretengas y deje de «poner en consideración de una banda de idiotas idioteces como las presente». Por lo que a mi me toca me da mucho gusto conocerte colega. Pues es evidente que, por tu comentario, perteneces a esta banda de idiotas que leen lo que Jorge escribe y emiten comentarios al respecto… Eso en Venezuela, no se en Argentina, «es tomar en consideración» lo que se leyó.
    Ermanno Fiorucci (no argentino)

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