Cuando Iwao Takamoto diseñó a Scooby Doo no era un recién llegado al medio, ni al diseño de perros animados. Venía de unos fructíferos catorce años en la Disney, donde ya había tenido ocasión de trabajar con los equipos de 101 dálmatas y La dama y el vagabundo, y ya en Hanna Barbera diseñó el perro de Los Supersónicos, entre otros. Además Takamoto diseñó uno de los primeros amores de mi vida, Penélope Glamour.
Era la época dura, en que cada quien hacía tantas cosas como podía. Si bien Takamoto es recordado por el diseño de varios personajes para Disney y Hanna Barbera que hoy son famosos, en muchas ocasiones diseñó otros personajes en los que no estaba directamente involucrado. Y también diseñó muchas cosas que nunca serían vistas por el público, como le contó en 1999 a Amid Amidi, para Animation Blast:
Por cada programa que poníamos en el aire había cinco o seis que nunca lo harían. Presentamos muchos diseños sobre bandas —del oeste, de rock’n roll, de gospel— que viajarían por el mundo haciendo el bien. Programas típicos como esos. Intentamos mezclar clásicos como El hombre de la máscara de hierro y Robinson Crusoe. Los primeros tiempos hubo la intención de hacer un programa con Cantinflas y otro con los hermanos Marx. Todo tipo de cosas.
La entrevista, por cierto y aunque está en inglés, es una inestimable fuente de información para los interesados en el tema. Pueden leerla completa aquí.
Es curioso que la muerte de Takamoto se haya producido estando aún tan fresca la tinta con que se imprimió la noticia de la muerte de Joseph Barbera, y que ocurriera un día antes de la muerte de Pete Kleinow, otro reconocido animador. Y aun otro de los dibujantes de esa época mítica, Ed Benedict, murió también recientemente, en agosto. Dudo que se trate de un misterio digno de Scooby Doo y sus amigos, pero por si las moscas: cuídate, Matt.
Es evidente que leerte no sólo representa un placer estético, si que además se entera uno de una cantidad de cosas, que en otras circunstancias no le hubiese parado-