Días atrás un usuario no identificado escribió, en mi nota sobre los ensayos inútiles, un extraño comentario donde me anunciaba que me quedaría atrapado en un ascensor. En el enlace que proponía, un blog mostraba la claustrofóbica imagen de un ascensor.
La cosa resultó ser una campaña que Javier Miranda Luque difundió por un montón de bitácoras para invitar al «Ciberhappening», realizado al fin este sábado, de su Capacidad máxima: 4 personas 280 kilogramos, una obra de teatro que acaba de publicar con el sello El Perro y La Rana, del Ministerio de la Cultura. El ingeniero Ernesto Zambrano y la señora Pacífica López de Serrano se quedan encerrados en un ascensor, pero Pacífica no es tan pacífica y ya desde el comienzo se pone histérica, por lo que él intenta calmarla con argumentos como este:
Mire, Pacífica, este edificio es muy viejo. Me atrevería a decir que es uno de los más antiguos de Caracas. Y este ascensor donde nos encontramos es el original, instalado en esa misma época. Los repuestos ya casi ni se consiguen. Imagínese que Don Diego de Lozada lo inauguró por allá en el año de mil quinientos y tantos.
Javier mantiene el blog Escribo en tus ojos, que leo con gusto por sus sabrosísimas crónicas. Muestras: esta y esta. Ah, y el libro a comprarlo en Kuai-Mare.
Jorge: muchas gracias por la generosidad de tu reseña.
Abrazo de ascensor, JML.
gracias por aclarar el misterio…saludos!