Autor de la mítica País portátil, el no menos mítico Adriano González León se quejaba anteayer en esta entrevista de que el venezolano medio es un ser superficial que lee sólo la Gaceta Hípica, y del enorme desbalance entre la cantidad de libros que salen a la calle respecto a lo que se lee. En realidad se quejaba de un montón de cosas: del llamado socialismo del siglo XXI, de la política editorial oficial, de las librerías que sólo venden best-sellers y autoayuda. Y lanza alguna frase memorable:
Hay mucho profesor que juega al divino papel de intelectual y la literatura no puede ser un fastidio. La literatura es un entusiasmo grandioso del espíritu, algo que debe conmovernos, nos debe hacer reír o llevar a las lágrimas.
Por cierto que en una parte de la entrevista recuerda a Pepe Barroeta y Elí Galindo. A Galindo se le homenajeó ayer en la sede de la Universidad Nacional Abierta en San Bernardino, acto en el que descolló la intervención de Manuel Bermúdez, alguien con quien la literatura nunca puede ser un fastidio. Allí dijo del poeta Galindo:
Cuando Elí veía a una mujer, le decía poesía sin abrir la boca.
Un entusiasmo grandioso del espíritu, sí señor.
Lo que a mí me parece es que Adriano está un tanto desfasado con ciertas realidades. Y esa manía de opinar a diestra y siniestra, con chistes gastados (lo de la Gaceta Hípica, es viejísimo), desconociendo la cantidad de gente que está escribiendo y leyendo, desconociendo el universo de gente que escribe (supericialidades, con errores ortográficos, con falta de sintáxis, pero escribe) en los cientos de blgos que existen, lo lleva a decir cosas que no son rigurosamente ciertas. Me parece que ya él no llega a ciertos ámbitos, lo que hace que tenga una visión incompleta de la realidad circundante, al menos en cuanto a literatura en Venezuela se refiere.
Comparto la opinión emitida por Héctor Torres. Adriano González León, respetando su indiscutible talento, está ubicado en otra dimensión… creo que ha perdido contacto con la realidad venezolana.