La espía que me amó

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María Luisa de las HerasEn 1948 el escritor uruguayo Felisberto Hernández se casó con la española María Luisa de las Heras, a quien había conocido en diciembre del 47 en París, durante una reunión del Pen Club. El matrimonio duraría apenas dos años, probablemente porque estaba sustentado sobre un secreto del que, se ha llegado a especular, quizás ni el mismo autor de La casa inundada estaría enterado: María Luisa era, en realidad, una espía de la KGB.

La Nación ha publicado hoy este detallado reportaje sobre el tema, firmado por Alicia Dujovne Ortiz, quien se basa en los datos de Fernando Barreiro, el investigador que en 1998 descubrió la vida secreta de María Luisa de las Heras —también conocida como África de las Heras, Patria, María de la Sierra, Ivonne o María Pavlovna—, cuyo matrimonio con el escritor era parte de una misión. Para la época en que se conocieron, ya María Luisa había participado en los planes para asesinar a Trotsky y ostentaba el rango de coronel tras lanzarse en paracaídas en Ucrania, munida de un equipo de telecomunicaciones para confundir a las tropas alemanas durante la segunda guerra mundial.

“María Luisa” y Felisberto se casaron en Montevideo y no fueron felices. Él había visto en esa supuesta modista de alta costura una solución a sus endémicos problemas económicos. Ella, ya lo sabemos. Transcurridos dos años, África no necesitó prolongar la farsa. Para ese entonces ya estaba relacionada con la flor y nata del Uruguay. Su centro de radiocomunicaciones equipado con la famosa máquina decodificadora llamada Enigma transmitía en clave a lo largo y lo ancho del planeta. Sus numerosos amigos de Montevideo apreciaban su serenidad, su amor por los niños, sonreían enternecidos ante su declarada ignorancia en materia política y la compadecían por soportar al gordo maniático en que Felisberto se había convertido. Ahora podía divorciarse y volverse a casar. Única diferencia: su segundo marido, el simpático italiano Valentino Marchetti, también era un espía.

¿Llegó Felisberto alguna vez a enterarse de la doble vida de su esposa? Difícil tener una certeza al respecto. Dujovne comenta algunos indicios que se encuentran en textos de Felisberto: alusiones a misiones secretas, cosas que deben ser denunciadas, misterios que han de ser violados y, muy importante, Álex, el criado ruso de Las hortensias, que declara hallar parecido físico entre una muñeca rubia de Horacio, su jefe, y “una espía que conocí en la guerra”.

Cierto, da para una película, aunque hasta ahora sólo se ha escrito un libro al respecto: Nombre clave: Patria, una espía del KGB en Uruguay, de Raúl Vallarino. Crónica novelada de la intensa vida de María Luisa —quien sobrevivió a guerras calientes y frías y murió en 1988, condecorada dos veces con la Estrella Roja—, el libro fue presentado a finales de enero y tiene un blog (por ahora con una única nota de promoción) donde se puede conocer la opinión de varios lectores.

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6 thoughts on “La espía que me amó

  1. Leí el libro Nombre clave:Patria de Raúl Vallarino; me pareció excelente y con mucha información. Muy bien narrado.
    Yo he leído mucho sobre la vida varios agentes soviéticos y esta está muy bien documentada.

  2. Tengo 88 años, conocí a Felisberto Hernández y a África de las Heras
    Algunas precisiones sobre la nota de Alicia Dujovne en La Nación.
    Primero: el descubrimiento de la espía, no fue en Uruguay a través de ningún periodista, el descubrimiento lo hizo la revista Cambio 16 de España, en su número del 6 de noviembre de 1995, luego la noticia se levantó en Uruguay.
    Segundo: el Gral. Orlov, nunca pasó por México cuando defeccionó de la URSS, desde España viajó directamente a Estados Unidos. Pasar por México hubiera significado que lo aptraparan los agentes del KGB.
    Tercero: Felisberto conoció a África en su conferencia en la Sorbona y no en el Pen Club. Abundan los testigos que aun viven en Uruguay. Bastaba preguntarles a ellos.
    Cuarto: Caridad Mercader no fue amante de Pavel Sudooplatov, si lo fue de Eitingon.

  3. Muy interesante el artículo sobre la ceutí Africa de las Heras. Puedo añadir que durante la sublevación fascista de julio de 1936 en España, Africa vivía en Barcelona y allí capitaneó un grupo de los llamados «patrullas de control», dedicados a robar y asesinar a los que ellos consideraban «burgueses».
    Salut

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