Ayer, Laura Pintos publicó —o republicó, pues es un material de 1998— la que quizás sea la última entrevista concedida por Adolfo Bioy Casares, uno de los iconos de la ya icónica literatura argentina. Faltaban apenas unos meses para su muerte y tuvo que recibir a Laura en el dormitorio. Allí habló, entre otras cosas, sobre la utilidad de los premios:
—¿Escribir es un oficio?
—Yo creo que sí.
—Sin embargo, hoy en Argentina es muy difícil subsistir como escritor.
—Para mí también y vivo de la escritura a los tumbos, gracias a que me han traducido a todos los idiomas, entonces viene algo de dinero de Francia, de Inglaterra, de Italia.
—Además, los premios importantes, los que dan un rédito económico, suelen llegar tarde.
—Llegan bastante tarde, sí. Es curioso como mejoran la vida los premios. Cuando gané el Premio Cervantes volví a Buenos Aires y si iba a hacer una cola la gente se apresuraba a dejarme pasar. Para eso es para lo que más sirven los premios. Mejoran la vida, dan más comodidad. Casanova decía que la fama despeja el camino al placer.
Laura lo describe como «uno de los hombres más divertidos, lúcidos, cultos y seductores que he conocido», y es que la fama de dandy de Bioy quizás tenga igual peso que su prestigio literario —y no faltará quien asegure que pesaba más. No por casualidad escogería el día de la mujer, hace ocho años, para despedirse. Y no por casualidad jugó con picardía en esta entrevista, calificando a la fidelidad como «una utopía» y hablando continuamente del placer y de las mujeres.
—¿Cómo nacen sus obras?
—Primero se me ocurre la historia y antes de escribirla me la cuento a mí mismo y luego a alguien; si noto que está interesada, la escribo.
—¿Interesada?
—(Bioy sonríe pícaramente) Normalmente almuerzo con mujeres y me siento cómodo contándoles historias a las mujeres.
Impresionante leer a Bioy, justo a él, quejándose de que la vida es muy corta, y de lo difícil que es «armarse un plan para vivir más intensamente». Un documento invaluable para los seguidores del autor de La invención de Morel.
Habia leido respuestas mas bien predecibles a las preguntas que nunca faltan en la entrevista a un escritor: como empezo a escribir? Por que? Pero la respuesta de Bioy Casares es tan divertida como incestuosa: «queria conquistar a una prima»… Que sinceridad tan argentina, o sea, de plata, reluciente.
En cuanto vi la foto de Laura Pintos y del siempre recordado Adolfo Bioy Casares me provocò un escalofrio y un cùmulo de sensaciones maravillosas….que momento!!!Ademàs un orgullo para los argentinos por tener una periodista y un escritor de generaciones dispares, juntos en una circunstancia especial de comunicaciòn y enlace, gracias por plasmar esa vivencia justo a tan poco tiempo de dejar este plano fìsico porque en otros planos Bioy sigue comunicando y seduciendo a traves de sus escritos y pensamientos. Gracias Laura.
Gracias a tí, Silviq, por entender y apreciar la magia que tuvo ese encuentro.
Y muchas gracias, Jorge, por darme este valioso espacio en tu blog. Saludos a todos.