Ayer Darío Villanueva entró a la Real Academia con un discurso del que sólo leyó un resumen de 20 páginas, pues el texto completo mide nada menos que 180. "El Quijote antes del cinema", que así se llama, describe la veta cinematográfica del Quijote, novela a la que calificó como "una enciclopedia narrativa genuinamente precinematográfica".
El tema es extrañamente inédito en la bibliografía cervantina, pese a que la obra ha sido llevada al cine un centenar y medio de veces. Según Villanueva, la esencia de todas las peripecias del Caballero de la Triste Figura no es otra que el gag, en una "auténtica apoteosis de los sentidos" que da preeminencia "a la vista y las miradas, al oído y las voces, a las perspectivas y los diálogos".
Cervantes narra siempre con una marcada concepción visual, rítmica, escenográfica y espectacular de las situaciones, como si pretendiera poner en palabras escuetas lo que sobre la pantalla se resolvería en la secuencia de unas imágenes que hablasen por sí mismas.
Por cierto que hoy en esta entrevista cuenta Emilio Martínez Mata que el Quijote no gozó en su momento de un éxito fulminante, al menos no como el de otras obras de la época:
La novela tuvo éxito inmediato, pero decae enseguida. En un año salen cinco ediciones, tres en España y las dos restantes en Milán y Bruselas, pero hoy sabemos que la tercera edición española ya no se vende completa. Al editor Robles le quedan en el almacén 145 ejemplares de la primera parte y unos 350 de la segunda. Hubo en su época, novelas con mayor éxito que El Quijote.
Interesante leer la entrevista no sólo por ese dato, sino por toda la ubicación que Martínez da sobre cómo era el marketing literario en aquellos años.