Hace años se dio, en un taller literario en Maracay, uno de esos episodios tan paradigmáticos que podrías escribir con ellos una cartilla para escritores pichones. Los participantes discutían acerca de la geografía como ingrediente de la literatura y citaban obras literarias cuyos personajes comían en el restaurante de la esquina o manejaban por la calle de enfrente. Entonces una chica se levantó e hizo una desafortunada declaración: Yo puedo imaginar literatura en París, en Venecia, pero no en Villa de Cura.
Recuerdo el episodio por la noticia, que acaba de llegarme pero que conocía desde ayer, de que Un vampiro en Maracaibo, de Norberto José Olivar, acaba de ganar el Premio de la Crítica a la Novela del Año 2008 convocado por Ficción Breve, por decisión unánime de los jueces Carlos Sandoval, Mariana Libertad Suárez y Arnaldo Valero. Se trata de una novela fresca, muy zuliana, que mezcla personajes que transitan por las calles de Maracaibo y sus alrededores, con una profunda reflexión sobre el mal, y muy especialmente sobre nuestra adicción al mal.
La primera noticia que tuve de Norberto José Olivar fue en abril de 2008, cuando Valmore Muñoz envió a Letralia un articulo sobre su narrativa. Es en ese artículo, finalmente publicado en mayo, donde de la mano de Valmore leí la primera noticia que tuve, también, de Un vampiro en Maracaibo:
Para este año debe aparecer bajo el sello de Alfaguara una nueva novela, cuyo nombre, al momento de escribir este texto, desconozco, pero que surge de lo más oscuro del pensamiento del escritor. Una novela en donde se debate acerca de los conceptos fundamentales y tradicionales de la fe. Una novela sobre vampiros y demonios en donde muchos valores considerados centrales en la vida cotidiana de las familias de la ciudad quedan destruidos, avasallados por la reflexión descarnada de un hombre que busca desarticular los hilos de una supuesta concepción –para él– equivocada de la vida.
Unos meses después, en octubre, le publicaríamos al mismo Valmore una temprana reseña de esta novela que, desde su publicación en agosto del año pasado, no ha hecho otra cosa que subir como la espuma. Y tiene con qué. Ya que Valmore escribió su reseña con el gran tino de contarnos de qué va sin contarnos la novela, les sugiero que lean su reseña y después salgan corriendo a comprar la novela, si no lo han hecho aún.
Yo la compré, al fin, la semana pasada. Ayer la llevaba conmigo cuando me llamó Héctor Torres y, entre otras cosas de las que hablamos, me confió que la decisión del jurado había recaído sobre esta novela. Poco después, en un autobús de Maracay a Cagua, leí unos párrafos donde aparece Valmore como personaje de la novela. Es decir: un personaje de una novela me da la primera noticia sobre esta novela y me incita a leerla. Todavía no tengo muy claras las implicaciones metaliterarias de la vaina, pero alguna debe tener.
¿ En dónde se pueden «adquerir» estas publicaciones ?
Yo la adquerí en la librería Suma de Chacadito.
Hola Tocayo en mi blog que tiene un link en mi perfil en Face ,hablé del Vampiro, leelo a ver que t parece, aunque no es algo tan ameno e interesante como lo del Profesor Muñoz
Feliz paradoja que en la Ciudad del Sol amada (achicharrada) ronde y sea premiable un Vampiro
Saludos y cariños
No conocía tu blog. Lo acabo de descubrir. Hace un rato. He estado leyendo otro buen rato. Me gusta. Sí. Me gusta. Volveré. Pronto. Sin tadar. Habitualmente. Me gusta. Y nada más. De momento. Un saludo de Dillinger.
Gracias, tocaya, ciertamente es una buena novela negra de esas que te hacen pasar página tras página para ver qué más puede ocurrir. Ya la estoy terminando.
Dillinger, tu blog también me ha gustado mucho. Ya me suscribí para leerte con regularidad.
Una de las mejores novelas que he leido en los ultimos años!. Excelente!