Es inevitable que entre nuestros conocidos haya unos cuantos a quienes esperamos no ver con frecuencia. Bueno, en rigor, no es que esperemos no verlos, es que desearíamos profundamente no volver a verlos. Es esa gente cuya conversación, sus gestos y, en fin, su forma de ser —y quizás el hecho mismo de que sean—, nos causan la mayor de las incomodidades. Esa gente a la que preferiríamos no ver jamás pero que, por cosas de la vida, siempre nos la encontramos por todos lados. La gente incómoda.
El mayor problema al enfrentarse a esa gente no es otro que uno mismo. Porque seamos sinceros, a uno lo criaron con ciertos valores y la descortesía no está en el manual. Así que para deshacerse de alguien incómodo lo primordial es desatender por un momento esos valores en aras de la propia supervivencia, y prepararse para ser un poco descortés. No se preocupe tanto por ello. Total, hay gente que ha cometido asesinatos y anda por ahí tan campante. Una vez que usted haya aceptado esta dura realidad, pase a conocer mis 7 formas de escapar de la gente incómoda:
La mirada soñadora
Mirar para otro lado es una estrategia básica pero efectiva, aunque tiene el problema de que sólo funciona cuando hay cierta distancia entre el incómodo y usted. Digamos, el incómodo está en la acera de enfrente o en un pasillo contiguo del supermercado. Uno hace entonces como que está mirando a algún punto indefinido en el espacio y se queda así hasta que pase el peligro.
El saludo fantasma
Cuando vea al incómodo, mire hacia otro lado, levante una mano y haga un saludo tan escandaloso como sea posible. No importa que la calle esté desierta, haga como si hace años que no ve al supuesto conocido y esto le dará tiempo para perderse en la próxima esquina.
El sordo-ciego
Equipe su carro con vidrios oscuros. Cómprese además unos lentes de sol de esos que impiden que los demás vean hacia dónde está mirando, y unos audífonos. Si va conduciendo el incómodo no lo verá; si va caminando, él lo verá pero usted podrá siempre seguir caminando como si no pasara nada, y al ver los audífonos el incómodo pensará que usted ni siquiera puede oírlo (se recomienda ir balanceando la cabeza con algo de ritmo).
La salida telefónica
En cuanto vea al incómodo, ponga su teléfono en silencio —o apáguelo si se trata de un caso extremo— y haga como si está hablando por teléfono con alguien. Lo de ponerlo en silencio —o apagarlo— es para que no suene mientras está haciendo su pequeño teatro, pues entonces quedaría usted descubierto.
Espérame sentado
Esta requiere un poco más de descaro de su parte, pero funciona. Si tiene la suerte de toparse con el incómodo cerca de alguna cafetería, invítelo a tomarse un café. Cuando ambos estén ya sentados, haga como si acaba de recordar algo y dígale que lo espere un momento. Salga por la puerta principal con paso apresurado (si tiene reloj, haga como que ve la hora) y, muy importante, no regrese.
Su propia medicina
Incomode al incómodo. Cuéntele sus más sórdidos problemas personales, háblele de su trabajo abundando tanto como pueda en detalles técnicos, invente disparatadas conquistas sexuales o alabe a cualquier líder del gobierno o de la oposición (el bando opuesto al que pertenezca el incómodo).
El último recurso
Si nada de lo anterior resulta, pídale dinero.
Buenas tardes, Jorge! Le escribe a Usted Yelena Kondaurova, de Rusia, de Moscu. Tambien otra forma de escaparse de la gente incomoda, es decirle la verdad a una persona. O si, por ejemplo, una persona le pidio dinero y no le devuelve, se puede recordarle todo el tiempo:» Cuando me vas a devolver el dinero?» Muchisimas gracias por su interesante blog, siga Usted escribiendolo! Con respeto Yelena.
A mi me gusta el método de incomodarlo más que él a nosotros, si cabe. Porque así consigues escapar de una forma más duradera, y al mismo tiempo y si tienes imaginación te lo pases en grande inventando situaciones.
Un abrazo
Hola Jorge, me llama la atención el calificativo de incómodo para referirte a personas fastidiosas o intragables (creo que a eso te refieres), pero me preservo el término y hasta me lo aplico, porque pienso en el uso tradicional que le conocía al vocablo: una persona es incómoda cuando no se pliega totalmente al sistema y/o a las normas sociales o culturales establecidas y muestra algunos pensamientos propios e independencia de actos y de manada. En ese sentido tal vez haya una fila larga y a estos incómodos también le aplican las mismas estrategias.
A Maria Antonieta: me gusto muchisimo su comentario! Usted es filologa? Usted habla asi como si lo fuera… Yelena. Rusia, Moscu.
creo que para alejarse de la gente incomoda solamente falta decirles «me caes mal» si te preguntan el porque decirles la verdad , te aseguro que te darán las gracias por ser tan sincero. No hay nada peor que fingir y soportar aburridas conversaciones sin sentido.