Me entero por mi amigo Augusto Rodríguez de la muerte, el pasado 31 de diciembre, del poeta nicaragüense Francisco Ruiz Udiel. Me ha sorprendido leer que se trata de un suicidio. En mayo publicamos una entrevista que Augusto le hizo y en la que hablaba de su poesía, de su trabajo en el Centro Nicaragüense de Escritores, de cómo lo llenaba esa actividad:
Cada día pienso que estoy en un lugar que congrega a otros seres humanos que también sueñan como yo con la literatura y eso me conmueve, digamos que me otorga cierta humildad. Mi labor ahí es promover las actividades culturales que tienen que ver con un proyecto editorial que promueve las mejores obras literarias de escritores y poetas nicaragüenses.
Ruiz Udiel tenía 33 años y era el editor de la revista Carátula , dirigida por Sergio Ramírez. Poco después de esa entrevista se anunció que acompañaba a Ramírez en otro proyecto, El Hilo Azul, donde fungía de jefe de Redacción. Además, su libro Memorias del agua aparecerá en las próximas semanas.
Desde el primero de enero pueden leerse textos en su homenaje como el que le dedicó Letzira Sevilla Bolaños en El Nuevo Diario o los que han ido apareciendo en decenas de blogs de sus colegas y amigos. Pero como sabemos el mejor homenaje a un poeta es leerlo. En septiembre publicó el que sería el último texto de su bitácora, del que reproduzco aquí las líneas iniciales:
Cerca de la funeraria, de negro y con corbatín azul, uno de los mariachis estremece su trompeta de bolsillo; en ésta se refleja el rostro de un hombre que baila en forma de marea, tiene una cerveza en una mano, alza una fotografía en la otra. Lleva la mirada de los resignados.
Me acerco en silencio para preguntar con disimulo de quién se trataba, quién es el otro que ya no está.
Se llamaba Francisco, dice una niña. Veo hacia abajo para saber si aún conservo mi sombra, que no estoy muerto, pero el día está gris y me lo impide.
Destacaría el carácter premonitorio del texto si no fuera porque en su poesía solía tocar el tema de la muerte, que no es otra cosa que la exacerbación de la soledad.
Los dejo con la entrevista que en 2008 le hiciera a Ruiz Udiel otro buen amigo, Rodolfo Ramírez Soto:
Cada vez que muere un poeta, me pregunto tristemente cuántos versos sin escribir se habrá llevado consigo…
Porque llegar al suicidio??..