Acabo de leer en Las Malas Juntas el cuento «Los pobladores», con el que Carolina Lozada ganó el 69º concurso de cuentos del diario El Nacional. Lo leí con una emoción desbordada, la de saber que lo que se está leyendo es algo verdaderamente trascendental.
Era de madrugada cuando nos despertó el ruido, al salir de nuestras casas vimos el carro como un auto fantasma en medio de la calle. Pensábamos que el conductor estaba muerto cuando observamos todo el cuerpo echado al frente, presionando la corneta que no paraba de sonar. No estaba muerto, pero lo estaría unos días más tarde, después de que asumiéramos su cuidado como si se tratase de un ave desvalida. Estábamos a la espera de su recuperación para que nos contara los hechos que ocurrían en la ciudad, de qué se trataba la ocupación, queríamos saber si corríamos algún peligro al quedarnos en el pueblo. Pero el visitante no habló, y una mañana amaneció seco y muerto como un pájaro.
«Los pobladores» es un cuento doloroso. Es un gran dedo hurgando en las llagas de una sociedad que se está pudriendo de pérdida y desesperanza. Y podría decir más, podría hablar de cómo sí que aparece la esperanza aunque en forma de una mueca, pero me limitaré a decirles que cada minuto que pasen sin leerlo estarán perdiendo el tiempo.
Voy a a treverme a leer ese cuentazo en las Lecturas de tabaquería, quedará para alguno de los miércoles de septiembre. Gracias, Jorge, por recomendarlo
Excelente, Mauricio; un abrazo.