El problema de la dignidad es que no admite excusas. Uno no puede ser indigno e intentar disculparse ante los demás simplemente advirtiendo que la indignidad en la que se incurre «no es adulación, ni es maña». El problema de la dignidad es que va muy de la mano del sentido del ridículo, por lo que si se carece de éste es muy probable que uno caiga en aquélla repetidas veces.
Parece un galimatías y quizás lo sea, así que pongamos un ejemplo práctico. Usted le trabaja a un gobierno cuya principal vanidad consiste en declararse revolucionario, en virtud de lo cual se empeña en revivir hechos ocurridos hace doscientos años para acusar de sátrapas a los colonizadores de entonces y vociferar que los entonces colonizados —sin importar que las realidades, dos siglos después, hayan cambiado— seguimos «en resistencia».
Pero los colonizadores de entonces se alzan como campeones de la Copa Mundial de Fútbol, y usted va y con sincera emoción —y lo peor es eso, que su emoción quizás es sincera— escribe esta soberana ridiculez:
¿Les parece suficiente indignidad? Como sé que hay quien no lo cree así, hay que rematar viendo la página en la que sale este peoma: se trata nada más y nada menos que de la página web gubernamental diplomática y oficialísima del Consulado General de Venezuela en Madrid, que no es poca cosa si se recuerda la difícil situación entre nuestro país y España, del que el enorme embrollo del por qué no te callas es apenas la punta del iceberg.
Como todavía quedará quien me acuse de enfermo prepotente antigubernamental escuálido, los invito a que pasen por la página y vayan bajando hasta que vean con sus propios ojos el desaguisado. Y como esto probablemente desaparecerá en unos días, cuando sea puesta la piedra ante el Jefe Máximo por alguno que sepa jalar más que el embajador (no lo duden, siempre hay alguien capaz de jalar un poco más), he copiado la página completa, tal como está hoy martes 13 de julio de 2010, en dos formatos: MHT, para verlo con Internet Explorer (o con Firefox, equipado con la extensión UnMHT), y PDF, para verlo con… bueno, con cualquier cosa que sirva para ver PDFs. Dicho esto, los enlaces: MHT y PDF.
Lo comentó Laura Weffer hace un rato en Twitter, y pasé como diez minutos tratando de entender a cabalidad lo que ocurría. Como bien recuerda Róger Michelena en la misma red social y yo había comentado hace años, no extraña que la Biblioteca Ayacucho haya optado por hacerse la loca y no incluir en su catálogo el indigno libro que influencias y corrupción la obligaron a publicarle al indigno personaje.
Cierro con unas inteligentes líneas que Naky Soto le dedicó en tres tweets, aquí, aquí y aquí:
Julián Isaías Rodríguez / con poesía no mola / espero que por jalabola / el PopStar le castigue
Julián Isaías confiesa / que lo suyo no es por maña / ¡Pero qué cara tan tiesa / pa’ escribir tanta patraña!
Julián Isaías no logró / conmover a Moratinos / ni Zapatero complació / su estúpido desatino
Actualización (11:40 pm): Bastaron minutos para que el peoma fuera recogido no sólo por El Nacional y otros medios de Venezuela, sino también por la agencia Efe, con lo que diarios como el español El Mundo están gozando de lo lindo con la ocurrencia del pintoresco personaje, vergüenza nacional por donde se le mire.
¿lo de peoma en el título es intencional o un typo subsconciente? 🙂 Excelente notas. Te va un abrazo.
¡ Esa vaina es el colmo !
Kira, aparte del error transdimensional que es el peota en cuestión, no hay error alguno: esto es un peoma. Otro abrazo para ti.
Roko, te aseguro que no has visto nada. Dicen que el infierno es infinito.
Yo aún no supero aquello de «fregaba los platos/fregaba las ollas/ y fregaba la paciencia», asi que esto es una ralla más pal’ tigre. Ni hablar de la calidad de estos «versos».
Lo de reflexión es el contexto. Es confirmar la idea de que los Consulados y demás asignaciones diplomáticos son premios y no puestos de trabajo. Que no hay emoción que justifique que un funcionario nos haga pasar tamaña pena con sus cursilerías. Y que esta contradicción que se llama revolución quiera controlar todo a fuerza de leyes que ellos mismos crean pero obviamente no tienen una norma precisa para los que se supone son pioneros y defensores del proceso.
Excelente 🙂 (claro menos la «obra»)
.-
«PEOMA» = Oda olorosa a PUDREVAL.
Tomado del Diccionario de Ripios de Isaías Rodríguez, también autor de la novela «El Testigo estrella».
@ChapulinND
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Este personaje, que de sus dias como Fiscal de la RBV a pasado a ser embajador en la Madre Patria, es un compendio de contradicciones, que van desde mezclar la mala politica con la mala poesia. Pero que bo#as tienen algunos!
¡Ja,ja,ja…! ¡’Na tan mala! ¡Un canto a la cursilería! Provoca dedicarle (al PEOTA éste) aquella copla del cancionero popular venezolano: «DE POETAS COMO TÚ/
TENGO YO UNA TROJA LLENA;/NO ME LOS QUIEREN COMPRAR/NI A CENTAVO LA DOCENA!» ¡Un abrazo, Jorge, y muy buena nota!
Lo leo y me viene al pensamiento una propuesta reciente de un diputado no reelecto en el país que vivo, República Dominicana, que buscando el favor del presidente ha presentado un proyecto de Ley para que sea propuesto al Premio Nobel de la Paz…
En verdad, Jorge, no sé hasta donde llega el sin sentido y la poca dignidad de las personas que asumen cargos públicos. Esto que pones me da risa y pena, porque lamentablemente no sólo se representan a si mismos, sino a un país.
Ah… yo sólo le había colocado un acento a la a y la separé de la primera sílaba:
¡un peo má!
¿No?
😉
Peoma a Isaías
Me enteré por Jorge el pana,
que Isaías el siniestro,
Embajador en España,
volvió a sus viejas hazañas
de jala metras y pitos
y que de churros ahíto
al terminar el encuentro
se descolgó con un viento
que aún suena en el infinito.
hay boche si alguien no arrima,
-lo digo en modo sutil-
pero ponerse a escribir
semejante bodrio en rima
es invitación ladina
pa cualquier espabilado
a darle al ya mencionado
chupamedias y ex-fiscal
una rumba sin igual
que le quite lo arrastrado.
Leo a Jorge y digo yo
que nunca escampe, que llueva !!!
que con mil palabras nuevas
como esa que él inventó
todos le den su ración
de palo a ese forajido
por lambucio y por vendido.
por sinvergüenza y ladrón.
Este verso aquí acabó,
que sigan los entendidos.
Una pena y un descrédito 🙁
Como descargo podría decir que quizás se ha contegiado de la fiebre un tanto tontorrona que hay en España con el asunto :s
Como poema es una patata, como idea penosa. Hay gente que no tiene sentido de la oportunidad :s