Antonio Skármeta es un tipo que cae bien, y no me refiero sólo a sus producciones para la televisión. Me gusta la manera como se da el lujo de ser, digamos, graciosamente polémico.
En estos días estuvo dictando una conferencia en San Luis Potosí ante un bullente público compuesto por tres mil estudiantes. Allí cargó contra la incultura y la banalidad y, como culpables de ambas plagas, señaló a los mass media, como es natural en alguien medianamente sensato, pero también destacó la responsabilidad que en esto tiene el ámbito intelectual. Cito al periodista Arturo García Hernández, quien a su vez cita a Skármeta:
Durante su conferencia, Skármeta lamentó que «los libros, y el mundo que ofrecen, estuvieran ausentes del gran espacio de los medios». Pero dijo que no culpaba en primer lugar a los productores ni a los dueños de las estaciones, «sino al modo engolado, pretencioso, retórico, hermético, desactualizado con que se presentan programas culturales en televisión», que parecen «secreciones de artistas taimados, enojones, que no encuentran aún una manera de pasarse en limpio».
Jorge, con tu permiso, he escrito una pequeña nota al respecto en mi blog.
Alber, no necesitas mi permiso; por lo demás, qué buena tu nota. Y qué dura. Avanti.