Arturo Álvarez D’Armas le sigue la pista al término carimbo, que denotaba al hierro candente con el que los negros traídos de África eran marcados en su calidad de ganado humano:
Después de un penoso viaje por el océano Atlántico desde las tierras de Guinea, el esclavizado es vendido y entregado a su nuevo propietario. Allí le llevan al marcador para que le estampen sobre su cuerpo las iniciales de su amo. Es la segunda marca candente. Si esa persona pasa por varios dueños entonces tendrá sobre su piel de ébano varias marcas. Después de aplicado el infame hierro, al negro se le echaba encima de la herida candente aceites y polvos con el objetivo de que la herida cicatrizara lo más rápido posible. (…) En la ciudad de La Paz (Bolivia) en 1585, fue vendido un esclavo que tenía la siguiente inscripción “De don Juan de Borja y habido de buena guerra”. Don Juan de Borja no había tenido la menor preocupación de suprimir ni una sola palabra de tan larga leyenda.
Este y otros asuntos relacionados con la cultura africana conforman algunas de las preocupaciones que Arturo refleja en su bitácora, Estudios Afrollaneros, una extensión digital del Centro de Estudios Afrollaneros creado por él.
Arturo es uno de los personajes más interesantes que he conocido. Su conocimiento de la cultura africana es apenas una parcela de su intenso trabajo intelectual. Entre otras cosas, Arturo organiza año a año la Semana de la Poesía de San Fernando de Apure y mantiene Libros del Sur, una editorial en la que publica el trabajo de jóvenes —y algunos no tan jóvenes— autores de Apure, Guárico y Aragua, en ediciones económicas hechas a punta de fotocopia que bastante bien le ayudan a cumplir su labor de difusión. Huelga decir que los recursos nunca son suficientes y Arturo debe hacer malabares para llevar sus actividades a feliz término. Siempre lo logra.
Viajero impenitente, es normal verlo de pronto en Maracay, en un viaje relámpago que le consumirá diez horas en bus —cinco en cada sentido—, sólo para traer un lote de sus ediciones o conversar con alguno de los buenos amigos que siempre lo esperamos por estos lares.
En la foto, tomada en San Fernando en octubre de 2004, durante la Semana de la Poesía, Arturo Álvarez D’Armas (camisa a cuadros), el poeta Manuel Cabesa (con gorra) y yo.
Usted como que se puso a leer por aqui …aunque yo solo me refiero a nuestro impulso natural de ser únicos en nuestra diversidad a través de las tradiciones africanas 😉 Por cierto dicen que no es bueno dejar comentarios con enlaces hacia uno mismo, yo lo hago cuando como ahora siento que me «leen» el pensamiento, en todo caso pido disculpas.
Jorge, viejo, necesito ponerme en contacto contigo. ¿Me das un e mail personal para que hablemos? Un abrazo, ah y feliz año…
«En la ciudad de La Paz (Bolivia) en 1585, fue vendido un esclavo que tenía la siguiente inscripción “De don Juan de Borja y habido de buena guerra»»
Está cita pertence a algun libro? porque es muy impactente y me parece el comienzo de algo, por eso quiero saber.
Gracias
Gracias por presentarnos a tu amigo. Con gente así Venezuela se fortalece. Un saludo.