Este es Nacho Padilla, un escritor mexicano cuya peculiar obsesión por Satanás lo ha llevado a afirmar que su idolatrado ángel del mal está muy acendrado en la literatura española y que, de tener nacionalidad, sería español. Padilla acaba de publicar El diablo y Cervantes, donde desarrolla una tesis según la cual Don Quijote de La Mancha es en realidad una novela diabólica:
…es bastante sencillo de descifrar, el Quijote es una novela carnavalesca, es una novela de máscaras, del mundo del revés que miente con la verdad y dice la verdad mintiendo, es un mundo de lo grotesco.
Camarada de Volpi, autor del Crack y ex director de Playboy, Padilla dice que tanto Cervantes como don Alonso eran hombres contradictorios, capaces de reunir idealismo y maldad, algo que atribuye a la intervención del Maligno.
Igual en la nota admite que no es un experto en la obra de Cervantes y que sólo quería hallar a un autor como «pretexto para comenzar a pensar en la literatura desde la perspectiva diabólica». Yo no me lo tomaría demasiado en serio… En fin. Lo que no se puede negar es que el Quijote era, ni más ni menos, un delincuente.
Pobre Cervantes. Menos mal que a nadie se le ocurrió en su tiempo que su novela fuera diabólica, porque además de pobre, hubiera muerto acosado por la Inquisición.