La revista DosDoce está de cumpleaños y lo celebra con una edición especial dedicada a la difusión de ideas por medios electrónicos. Me ha llamado la atención el reportaje de Mercè Molist sobre gente que es despedida por decir en sus bitácoras cosas que no fueron muy del agrado de sus jefes. Molist lo dice sin ambages con una frase inicial que está muy sobre el tapete en Venezuela por estos días: la libertad de expresión es un arma de doble filo.
Lo están descubriendo cada vez más «webloggers», despedidos por lo que cuentan en sus weblogs. El fallo más común es criticar o hacer chistes sobre jefes y compañeros, confiando en que Internet es tan grande que nunca lo leerán.
Comenta varios casos, incluyendo uno de los más recientes, el de Joe Gordon, un empleado de las librerías Waterstone en cuyo blog, de naturaleza satírico-literaria, hacía comentarios sardónicos sobre su jefe. Fue despedido en diciembre, pese a que alegó que hacía bien su trabajo. Como consecuencia de ello, la empresa recibió una carta de Richard Morgan, reconocido autor de ciencia ficción.
Ya se sabe, la libertad de expresión es un concepto relativo, quizás demasiado relativo.
Jorge, hablando de comentarios, creo que mi amigo y paisano Rossiello te dedicó algo en el último Hontanar… De pasada nomás y sin alusiones personales. El que está atando cabos soy yo…
Saludos,
Luis
¿Qué será? Porque no vi nada…
🙂 Lo recibiste el Hontanar de Marzo? Te lo mando si no lo tenés. Es el artículo titulado «Tergiversaciones». Leonardo es muy sutil cuando quiere…
Luis
Sí lo recibí, pero en ese artículo vi que hablaban de Bush y le pasé por encima sin siquiera revisar… Ya lo miraré. Gracias! 🙂Bueno, ya revisé… y está muy bueno. Asumo que es de Leonardo (el texto no está firmado), en todo caso sin ahondar demasiado deja allí una respuesta clara y de altura. Ditto, gracias por mencionarlo.Lo error de haber incluido a Bush en la nota (cualquier nota): Para bien o para mal, la gente se encandila… jaja!!
Luis
Si, es de Leonardo: Alfa y Beta son sus lacayos. En la buena onda de la acepción siguiente de la palabra, claro:
5. m. Cada uno de los dos soldados de a pie, armados de ballesta, que solían acompañar a los caballeros en la guerra y formaban a veces cuerpos de tropa.
Muy bueno, si.
🙂
Luis
Eso de hacer un blog de quejas laborales donde todos los weblogers puedan participar no es una mala idea, hay que ir pensándolo… Abrazos.