La verdadera entrevista de 20 Minutos
Por Blanca Salvatierra
(Si llegaste hasta aquí por casualidad y no sabes de qué va esto, puedes leer este post).
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Nombre: Jorge Gómez Jiménez.
Edad: 35 años.
Lugar de residencia: Cagua, Aragua; Venezuela.
Edad del blog: 2 años y 4 meses (desde el 27 de diciembre de 2004).
Profesión: Escritor.
¿Por qué comenzaste a escribir tu blog?
Aunque edito hace once años la revista literaria digital Letralia, Tierra de Letras, sentía la necesidad de un medio de expresión más directo. La revista es un proyecto de comunicación bastante completo en cuanto a literatura se refiere y me permite establecer lazos con otros amantes de las letras, pero más bien en un plano formal, el que corresponde al editor de una publicación. Cuando conocí los blogs —orientado por mi amigo el periodista venezolano Fran Monroy— entendí que ese era el medio que necesitaba para escribir acerca de literatura, y sobre cualquier otro tema que se me ocurriera, en un plano superior al de una revista: un plano bilateral en el que la herramienta dispone las cosas para que, más que escribir, te mantengas conversando sobre un tema.
¿Cómo elegiste su temática?
Nada más fácil. Creé JorgeLetralia con la idea de que fuera un canal para expresar todo lo que por razones formales no podía a través de Letralia. En mi blog escribo sobre literatura, sí, pero siempre desde una óptica personal. Y mezclo la literatura con otros temas, con los temas que me apasionan e inspiran, desde la obra literaria de Rómulo Gallegos hasta la aparición de unos polluelos en el jardín de mi casa. En mi blog he escrito, por ejemplo, sobre actitudes que aborrezco de ciertos escritores, o sobre experiencias personales que me han marcado y han influido en mi obra literaria; estas cosas no podría decirlas en la revista. Estarían fuera de lugar.
¿Podrías recomendarnos 3 blogs en castellano? ¿y decirnos otros 3 que detestes? ¿por qué unos y otros?
Muchos blogs me gustan por su calidad o por la pertinencia de la información que suministran. Pero ya que me pides tres, mencionaré las crónicas de mi amigo Héctor Torres en FicciónCaracas, así como las reflexiones del Puente Aéreo de Gustavo Faverón y de Apostillas Literarias de Magda Díaz y Morales; éstos son tres de los blogs por los que podría interrumpir lo que esté haciendo para dedicarme a leerlos. Los blogs que detesto los olvido rápidamente y por supuesto no están en mi agregador; por lo general huyo de un blog mal escrito o que demuestre desconocimiento, mediocridad o posturas de intolerancia en relación con un tema determinado. También me alejo de la mayoría de los blogs sobre tecnología, que muchas veces sólo se repiten entre sí.
¿Cuánto tiempo dedicas a mantener tu bitácora?
Es variable; depende de cómo ande la inspiración. A veces tengo ganas y temas y puedo pasar toda una noche escribiendo. Otras veces se me ocurre una idea a la mitad de la jornada y me robo a mí mismo unos minutos para darle forma de post.
¿Qué significa tu blog para ti? ¿qué te aporta?
Es como tener el Rick’s, recibir a toda esa gente e ir de mesa en mesa hablando de lo divino y lo humano. Me aporta unos cuantos kilos de felicidad y buena conversa.
¿Te sientes parte de una comunidad de blogueros?
De dos. Por un lado, la comunidad de escritores, investigadores y otros -ores de la fauna que rodea a la literatura y al pensamiento; por otro, la de blogueros venezolanos, habitantes de esta vereda tropical que a diario nos esforzamos en comprender.
¿Qué te parece la blogosfera en España?
Sobrepoblada.
¿Crees que los blogs son una moda pasajera?
Creo que a estas alturas ya no se puede afirmar tal cosa. Los blogs son como el Aleph borgiano: una mirada a la blogosfera permite apreciar el universo particular de los miles de individuos que la conforman. Es la comunicación emitida desde fuentes infinitesimales. Eso no puede ser pasajero.
¿Sabes cuál ha sido el post de mayor éxito de tu blog? ¿sobre qué trataba?
Uno que escribí sobre los acrósticos a finales de 2005. Al parecer todo el que googlea el término “acróstico” va a dar a ese post. Cada semana recibo comentarios allí; algunos me piden que les confeccione algún acróstico y acotan, por supuesto, que es urgente. Le sigue uno que escribí el día anterior, “Cómo ser gótico en cinco pasos”, que en realidad es un resumen de algo que leí en otra parte, y que jóvenes góticos y atormentados de todo el mundo hispano han tomado como una suerte de foro para hablar sobre el tema.
¿Qué opinas sobre que se cree un código de comportamiento en los blogs? ¿Cómo te comportas ante los comentarios de trolls?
Los blogs deberían ser un espacio de libertad. Que cada quien haga con su blog lo que esté acorde con su manera de vivir. Un código de comportamiento quebrantaría eso. En cuanto a los trolls, he tenido suerte, nunca he recibido un ataque sostenido.
¿Has establecido una relación personalmente con alguien a quien has conocido a través del blog?
Con mucha gente, blogueros o lectores con los que me he tomado algún café o he establecido lazos de amistad. La experiencia es vertiginosa, especialmente cuando hago un viaje y en la ciudad de destino alguien se me acerca para comentarme sus impresiones sobre tal o cual post.
¿Cuál es tu blog favorito de los que participan en el concurso (además del propio)?
Píxel y Dixel. Sí, más arriba dije que huyo de la mayoría de los blogs tecnológicos, pero éste en particular es fuera de serie.
¿Ganas dinero con tu blog? ¿Esperas poder vivir de él algún día?
Muy poco, vía AdSense. Pero el blog me ha servido como un complemento de Letralia para darme a conocer en mi ámbito profesional, lo que ha redundado en beneficios concretos.
¿Podrías comentarnos alguna anécdota que te haya surgido a raíz de escribir en tu blog?
El blog me va a matar. Hace tiempo escribí un relato, “La raza aria”, en el que un fundamentalista racial latinoamericano se proponía vengarse de los españoles por los daños infligidos a la civilización de este lado del charco durante la conquista. Publiqué ese relato como post un 12 de octubre y, como consecuencia de ello, alguien me dejó en los comentarios la primera amenaza de muerte que he recibido en mi vida.