Aquellos que creen que rayar las paredes de los baños es una actividad exclusiva de los hombres tienen un problema de adaptación a los tiempos que corren.
Silvana Castro, una investigadora de la Biblioteca del Congreso de Argentina que tiene en su haber, además, un diccionario de autores argentinos contemporáneos, recopiló durante cuatro años los grafitis que iba encontrando en baños de damas y acaba de publicarlos en cuatro volúmenes, como explica esta nota.
Su afición por los grafitis en los sanitarios empezó cuando leyó, escrita sobre la superficie embaldosada de la pared, una especie de «cápsula del tiempo» de una chica que tenía intenciones de suicidarse y se dejaba el mensaje a sí misma por si cambiaba de opinión. Toda una historia para Bogato.
Silvana tiene los baños clasificados de acuerdo a su «productividad». En su particular investigación ha hallado muchas cosas interesantes. Por ejemplo los grafitis tópicos: en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires las chicas usan el baño para preguntar anónimamente qué hacer si se rompió un preservativo, mientras que en la de Psicología preguntan si está mal odiar a la madre. Y no faltan las que se hacen preguntas universales y generan respuestas de sus higiénicas colegas:
—Tengo 25 años y soy virgen. ¿Soy un caso raro?
—Somos dos.
—Somos tres.
Una oportunidad de postín para aliviar un poco nuestra curiosidad masculina respecto a lo que ocurre tras la puerta del baño de damas. La colección cuesta $60 y está compuesta, como dije antes, por cuatro volúmenes: Sexo y amor, Peleas sangrientas de mujeres furiosas, Las cartas que no mandé y Mujeres poéticas, irónicas y desesperadas.
Después de su colección de grafitis, Silvana ha publicado Fantasías sexuales de mujeres argentinas. Kinsey a la sureña, pues.
Lo que se ve en la foto, lo he visto en salas de arte minimalista 🙂
Los grafitis de los baños de los tíos, es bastante más caótico y vulgar.
Habría que hacer un estudio comparativo. Yo tenía una clasificación para los de la UCV (en orden de frecuencia): los sexuales, porno homo y hetero; los ultrosos, patria o muerte venceremos; los místicos, Dios no me ha hablado hoy pero ayer sí; los cochinos, no entro en detalles; los filosóficos, ¿qué somos? ¿a dónde vamos?; los académicos, respuestas a pregunta de examanes, dependiendo de la escuela; miscelaneos.
Los más interesantes estaban en la escuela de Bibliotecología.
Yo confieso leerlos y a veces me desconcentro del proposito inicial de ir a al water. Recuerdo q en catalunya tienen muchos anarquistas, me gustaron mucho… cuando vayan a la estacion de trenes de Girona lean uno q dice «consume y seras consumido».
Al rato reviso los links, grax por el dato.
hace diez años la escritora uruguaya Andrea Blanque publico graffitis de los baños de mujeres, una recopilacion hecha en universidades de montevideo y diferentes antros nocturnos, imperdible.Este libro lo edito Vinten Editor que se especializaba en poesia y graffiti por aquellos tiempos
Yo los leo porque no hay mas nada entretenido que hacer en un baño mientras haces pipi… Pero casi siempre leo: Fulana Puta
parece ser un lugar para otro tipo de desahogo además el biológico :-), saludos Jorge!
¿Será que MAITENA se inspira en estos baños cuando, muy acertadamente, nos describe la condición del ser humano en general y de la mujer en particular?
Iria, olvidaste los literarios. Una vez en un baño de la Católica, en Caracas, vi un grafiti que me produjo escalofríos. Decía simplemente: Ojos de perro azul.
Caribe, yo primero resuelvo el propósito inicial y luego leo grafitis. Así me evito problemas e incomodidades. 🙂
Buen dato, Rebecca, ahora a buscar…
Así es, Marianne. Al parecer los baños son como Internet. El anonimato nos hace escribir grandes verdades que nunca diríamos en persona.
Muy interesantes comentarios sobre libros de difícil acceso acá en México. Creo que es hora de que, ahora si, en verdad, se de un intercambio literario fuerte entre nosotros, hispanohablantes. Si me permite, tomaré varios de sus consejos sobre libros para una posible edición y distribución en México. También le agradecería otros posibles consejos en cuanto a estos libros no muy difundidos que en verdad valgan la pena. Trabajo para una editorial mexicana que está haciendo una apuesta en este rubro. Gracias y un saludo cordial.
la joven dramaturga espanola Carmen Pombero tiene una obrita muy buena sobre dos mujeres que dialogan en un baño y leen el graffiti en las paredes (una es profesional, la otra es una drogadicta que se prostituye en la estacion).
Cuando entro a baño publico es a algo rapido como hacer pipi o cambiarme la toalla –tampones conmigo ni hablar, me incomodan y propician la moniliasis aunque las compañias farmaceuticas no permitan decirlo.
Trato de no leer lo que hay en las paredes, porque me da la impresion de que hay mas heces –que en el inodoro– deambulando dentro de nuestras mentes y eso me perturba.
Cuando no puedo evitarlo y echo una miradita a una pared, al terminar de secarme, de pie (nunca me siento en la taza) y agarrar papel para jalar la cadena…
Despues de echar una miradita, salgo al mundo y me parece que sigo en el baño.
Al o a la que no tenga más remedio que sentarse a leer paredes de inodoro, o a quien le guste, se lo entiendo, pero, si me permite, quisiera recomendarle el siguiente papel higienico mental, para que se limpie bien al terminar la lectura:
1. alquile The Sound of Music (La Novicia Rebelde) y, si puede, acompañe a Julie Andrews en la cancion My Favorite Things o en DO-A Deer… RE
2. Lea Historia de un Alma, de St. Therese Lisieux (en serio)
3. Observe intensamente por varios minutos sin parpadear un paisaje de playa o un lago tibetano hasta que al retirar la vista aparezcan puntitos negros en el aire.
Salud!
La doctora Maria
soy un poco desmemoriada, el año en que se editó el libro de andrea fue 1991 y se llamaba » antologia del retrete » y yo misma hice el diseño de la tapa y una serie de viñetas eróticas para el libro. el libro también tuvo distribución en argentina por lo que no me quedan dudas del sitio en el que se inspiro la original investigadora del otro lado del rio
MUCHA GENTE NO ENTIENDE