El británico Harold Pinter, que acaba de ganar el premio Nobel de Literatura 2005, es lo que los fanáticos venezolanos del hipismo llaman un batacazo: el caballo que, sin estar en la lista de favoritos, gana la carrera. Especialmente por estos lares, donde la actualidad literaria llega intermitente y algo desenfocada. Por ahora, sólo sé de Harold Pinter lo que dicen las agencias y lo que dice Palimp, que lo tiene entre sus favoritos.
Categoría: Siendo un escritor
Ese le dijo una cuantas cosas a Blair durante la invasion a Irak
tengo muchas ganas de leerlo. dicen que se acerca al teatro del absurdo. seguro que ahora empezarán a proliferar sus libros bestialmente.
habrá que ver de qué se trata.
saludos
Es extraño que se lo den. Como se lee en la nota de Iván Thays (notasmoleskine.blogspot) Pinter había dejado de escribir teatro para dedicarse al análisis político. Hay otro post que me gusta, el de sendalibros.blogspot
Será que estoy muy encaprichado con el nobel para Roth. Ni siquiera para Oates. Solamente los libros autobiográficos de Roth le merecerían (y le merecieron) un montón de premios. Pero supongo que está escribiendo algo más.) Saludos.
Bueno, y a lo que vine. Te quería preguntar, Jorge, si seguiste más o menos de cerca el debate que según yo también se dio en Venezuela, como en Perú, EU y otros sitios, de lo que podríamos llamar realismo vs posmodernismo o provincianismo vs cosmopolitismo o sur vs norte, lo que sea -porque los límites no son todavía claros- y si existe la posibilidad de recopilar las diferentes opiniones. Estoy planeando un blog para discutir esto: el realismo. Me interesa bastante y ojalá sepas algo. Mauricio.
No lo conozco. No soy, en realidad, un lector fiel de teatro. La última obra que leí fue El médico a palos de Molière, con la que me reí muchísimo. Antes de leer a Pinter me gustaría leer a Darío Fo, que está primero en la línea. Del Nobel me molesta el evidente descaro de preferir a los candidatos izquierdosos. No se puede negar que siempre ha sido un premio político, donde las amistades también cuentan. Como dice Vargas Llosa, “la cultura sigue siendo un monopolio de la izquierda.” Probablemente me equivoque al juzgar a un autor sin siquiera conocer su obra, pero me parece que ya el mundo está, por inercia, en un afán de transformación. No necesitamos más pensadores que sigan promoviendo cambios que ya llegarán por sí solos, o personalidades que festejen el extremismo liberal. Y que aparte se forren de galardones. Hay que cultivar la moderación: del resto la literatura se hará cargo. Borges pagó caro su posición política, de la misma forma en que Vargas Llosa está penando. Una vez que ataquemos los problemás básicos (pobreza, educación, seguridad, libertad) de una manera coherente. Todo lo demás florecerá con fluidez, sin premios ni aplausos, metralletas o empujones. (En mi utopía no hay cabida para revoluciones.) Me como las uñas por saber cómo gastará Pinter esa plata caída del cielo.
Sobre Pinter: HaroldPinter.org
Pinter es, con Brecht y Beckett, el meyor dramaturgo del siglo