El primer juego de mesa que tuve fue un Ludo que me regaló mi papá en tiempos inmemoriales. Pero creo que la primera vez que me hice fanático de algo (aparte del quesillo) fue cuando jugué aquel viejo Monopolio de las calles de Caracas, cuya influencia hace que aún en el presente, cuando paso por sitios como la avenida Andrés Bello, la plaza Candelaria o el Jardín Botánico, recuerde el sentimiento de bienestar que me embargaba al dejar en bancarrota a mi hermano.
En alguna ocasión vi una fotografía del Monopolio original y lamenté que el mío careciera de las clásicas figuritas, ante las cuales mis casas, hoteles y fichas lucían desabridas y tristes. Hoy en día hasta se puede “monopolizar” el PC, y entre las múltiples versiones del juego que se han producido, la más reciente (que se presenta hoy bajo el nombre “Monopoly Here & Now”) hace el esfuerzo de acercarse a los jugadores contemporáneos. Las fichas han sido rediseñadas y entre ellas se encuentra esta bolsa de papas fritas de McDonald’s y un Toyota que sustituye al viejo Ford, quizás expresando la opinión que Hasbro tiene de la industria automotriz estadounidense. Y los precios también han cambiado, pues en la nueva versión se hacen negociaciones por varios millones de dólares. Nada mal para un juego que tiene más de cien años (y no setenta y uno…).
Vía Oscar blog.
Yo también recuerdo mis juegos de monopolio de pequeña… Eran eternos. Mi hermano siempre guardaba una paquita de los primeros billetes debajo del tablero y $100 cada vez que pasaba por «GO». Es evidente quién ganaba. Hoy, él tiene apartamento y carro y yo sigo con mis papás empujando un tesis para obtener un grado… ¡Qué premonción!
¡Qué asco! Sólo faltas las zapatillas NIKE para continuar difundiendo el «sistema establecido» a la americana…
Jorge: gracias por incluir el post. Al parecer se viene una campaña publicitaria para lanzar el nuevo juego. Tendremos que estar atentos.